Todos los informativos del fin de semana predicaron la buena nueva de
que a partir de pasado mañana varios tramos de las autopistas del Mediterráneo
(Tarragona-Alicante) y Bética (Sevilla-Cádiz) serán gratis total para
sus usuarios.
Simultáneamente se ha conocido el programa del gobierno de coalición
Sánchez-Iglesias concretado en un largo documento de 50 folios con once
capítulos, que incluyen 120 puntos que a su vez se subdividen en
numerosos apartados de muy desigual relevancia ya que van desde aumentos
de impuestos muy precisos (a los ricos), hasta el fomento de la lectura
o el del bienestar animal.
¿En qué se parecen ambos acontecimientos que no tienen nada que ver
en trascendencia? en una idea coincidente sobre el precio. La famosa
frase atribuida a Jose Plá al llegar a Nueva York y admirar su
iluminación. “Y esto… ¿quién lo paga?”.
Autopistas gratis que tendrá costes que pagará el común, es decir el
Presupuesto. Costes que no se han concretado (en torno a 135 millones
año para las dos autopistas liberadas hoy) y que ni siquiera están
adjudicados de forma firme. Ningún informativo se ha interesado por
quién y cómo asume el coste de mantenimiento de esas autopistas y esos
son datos relevantes para todos.
Con el programa de gobierno ocurre algo parecido. Muchas promesas,
muchas intenciones, pero pocos detalles sobre el coste de todas esas
medidas y el cómo se van a financiar. Los anuncios de aumentos de
impuestos (a los ricos) son golpes de efecto para satisfacer a las
bases, sin concretar cuánto estiman que van a recaudar.
Todo con la cobertura de que se trata de medidas “progresistas”, una
de las palabras que más utiliza Pedro Sánchez en sus intervenciones
públicas cuando habla de su ideología y propósito. Otro de los datos
interesantes de la jornada es el afecto que ahora se profesan Pedro y
Pablo, sus abrazos y sus miradas.
En política abundan las parejas
(Suárez y Abril; Felpe y Guerra…) que suelen acabar tarifando. ¿Qué
suerte aguarda a esta nueva pareja que nos va a gobernar? El tiempo lo
dirá. El hecho de que la presentación del programa común no haya
merecido el rito de una conferencia de prensa, aunque fuera limitada, es
un indicador adicional sobre el talante del momento político: gratis
total, muy progresista y generoso.
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