La campaña electoral de las elecciones de este domingo 10-N acabó en
la noche de ayer sin que en el horizonte inmediato que nos espera
aparezca una posibilidad de pacto para romper el bloqueo político y
permitir la investidura y la formación de un gobierno fuerte y estable
para la próxima legislatura.
A ello se han añadido en las últimas horas dos errores garrafales de
los candidatos del PSOE, PP y Cs. Pedro Sánchez declaró días atrás que
los fiscales están a sus órdenes y ha tenido que rectificar después de
dañar las posibilidades de extradición a España de Puigdemont y sus
compañeros prófugos.
Y Pablo Casado y Albert Rivera se han visto inmersos en los
disparates (otros más) de sus gobernantes de la Comunidad de Madrid, la
inefable Isabel Ayuso e Ignacio Aguado (dos idiotas que deberían ser
cesados). Los que, puestos al servicio de la dirigente de Vox Rocío
Monasterio, aprobaron una moción de Vox en la Asamblea de Madrid donde
se propone el cierre de los partidos separatistas catalanes.
Con lo que PP y Cs han vuelto a demostrar que Vox es su directo
aliado y compañero de viaje, lo que ha causado sorpresa e indignación en
los dos equipos de campaña electoral de PP y Cs. Siendo Rivera el único
que se declaró en contra de dicha moción, dejando a su compañero Aguado
a los pies de los caballos, aunque el daño ya estaba hecho.
Mientras tanto, Pablo Iglesias ha vuelto a denunciar que Sánchez
tiene un plan para pactar su investidura con PP y Cs después del 10-N,
frente a lo que insistió en un gobierno de coalición progresista de UP
con el PSOE y con su presencia en el Gabinete. Aunque añadió que está
dispuesto a tragarse sapos, lo que quiere decir a tragarse otro veto de
Sánchez.
Sobre los pactos Casado declaró anoche que no apoyará la investidura
de Pedro Sánchez, ni siquiera con la abstención (ya veremos). Y Rivera
afirmó algo parecido aunque no cerró del todo las puertas al PSOE “si
rectifica sus pactos con los nacionalistas”.
Todos los dirigentes políticos mienten en vísperas de la votación
para atraer a posibles votantes. Todos salvo Santiago Abascal que anoche
llenó la Plaza de Colón de Madrid y se ha convertido en la estrella de
la campaña electoral que por fin se cerró en toda España.
Hoy comienza la llamada ‘jornada de reflexión’ donde se temen
altercados de los CDR en Cataluña. Jornada que se presenta muy difícil
de dilucidar para ese importante sector de indecisos y potenciales
abstencionistas que no saben qué hacer porque, para muchos de ellos,
visto el panorama de la política española, les va a ser muy complicado
tomar una decisión. Y no les faltan motivos dada la insoportable levedad
de esta clase política que nos quiere gobernar y parece incapaz de
pactar.
(*) Periodista
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