MADRID.-Los jubilados habían ganado la batalla, pero no la guerra. La oleada
de movilizaciones de pensionistas que comenzó hace ahora un par de años
hizo al Gobierno de Mariano Rajoy dar marcha atrás y subir las
prestaciones en línea con la evolución de los precios. Pero se trataba
solo de una victoria agridulce, puesto que se aprobó para dos
ejercicios: 2018 y 2019, a la espera de esa ansiada reforma del sistema
que no llega y que se retrasa por la inestabilidad política.
Así, salvo medida en contra, el próximo 1 de enero las pensiones volverán a subir, aunque con un alza mínima del 0,25 % por estar la Seguridad Social en números rojos, tal y como estableció la reforma del 2012. No quiere el actual Ejecutivo socialista que esto sea así, pero no tendrá fácil cambiarlo antes de que termine el año porque tendría que aprobar un Real Decreto estando en funciones, algo que no estaría muy bien visto, aunque tampoco lo ha descartado.
Por ello, lo más probable es que los más de 8,8 millones de pensionistas comiencen el año con una subida de su nómina en enero que no llega a los 2,5 euros de media y que situaría la prestación media del sistema en los 995,5 euros mensuales. De mantenerse este incremento todo el año, serían 34,7 euros más de ingresos anuales.
Mayor sería el aumento para los más de seis millones de jubilados: ganarían 2,8 euros más al mes hasta superar los 1.143 euros, con lo que el incremento anual para este colectivo rozaría los 40 euros de media. Superarían los 50 euros anuales los nuevos jubilados del Régimen General, cuya nómina se elevaría hasta los 1.460 euros.
Así, salvo medida en contra, el próximo 1 de enero las pensiones volverán a subir, aunque con un alza mínima del 0,25 % por estar la Seguridad Social en números rojos, tal y como estableció la reforma del 2012. No quiere el actual Ejecutivo socialista que esto sea así, pero no tendrá fácil cambiarlo antes de que termine el año porque tendría que aprobar un Real Decreto estando en funciones, algo que no estaría muy bien visto, aunque tampoco lo ha descartado.
Por ello, lo más probable es que los más de 8,8 millones de pensionistas comiencen el año con una subida de su nómina en enero que no llega a los 2,5 euros de media y que situaría la prestación media del sistema en los 995,5 euros mensuales. De mantenerse este incremento todo el año, serían 34,7 euros más de ingresos anuales.
Mayor sería el aumento para los más de seis millones de jubilados: ganarían 2,8 euros más al mes hasta superar los 1.143 euros, con lo que el incremento anual para este colectivo rozaría los 40 euros de media. Superarían los 50 euros anuales los nuevos jubilados del Régimen General, cuya nómina se elevaría hasta los 1.460 euros.
Precisamente esos 50 euros son el doble de lo que se incrementaría de media la pensión de las más de 2,3 millones de viudas
(en femenino porque la inmensa mayoría son mujeres): 1,7 euros al mes o
24,9 euros al año.
Llama la atención que esta cantidad anual es menor incluso que la subida mensual que tuvieron en enero de este año algo más de 400.000 viudas, consecuencia de que se aprobó elevar la base reguladora que se utiliza para calcular su pensión del 56 al 60 %, por lo que tuvieron un extra al año de 464 euros de media.
Por su parte, cerca de un millón de personas que cobran una prestación por incapacidad permanente ingresarán 4,6 euros más cada mes (65 euros al año) hasta los 982,6 euros de media, mientras que la pensión de orfandad crecerá apenas un euro al mes hasta los 425,8 euros.
Llama la atención que esta cantidad anual es menor incluso que la subida mensual que tuvieron en enero de este año algo más de 400.000 viudas, consecuencia de que se aprobó elevar la base reguladora que se utiliza para calcular su pensión del 56 al 60 %, por lo que tuvieron un extra al año de 464 euros de media.
Por su parte, cerca de un millón de personas que cobran una prestación por incapacidad permanente ingresarán 4,6 euros más cada mes (65 euros al año) hasta los 982,6 euros de media, mientras que la pensión de orfandad crecerá apenas un euro al mes hasta los 425,8 euros.
Todos ellos experimentarían una pérdida de capacidad de compra, puesto que la inflación
para el año que viene superará el 1 %. No obstante, se trataría de una
pérdida de poder adquisitivo puntual, ya que todo apunta a que cuando se
forme el nuevo Gobierno y tenga plenos poderes, aprobará una nueva
revalorización con efecto retroactivo.
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