MADRID.- El Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS)
cambia de máximo responsable. El órgano que canaliza la inteligencia
militar de los tres ejércitos y la facilita al ministro de Defensa
tendrá desde la semana que viene un nuevo director.
Desde el Estado Mayor de la Defensa confirman a Confidencial Digital que el hasta ahora director, el general de División Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, pasó a la reserva hace unos días, por lo que ha cesado en su puesto.
Ya hay sustituto para este puesto clave en la comunidad de
inteligencia española. La próxima semana tomará posesión como director
del CIFAS Antonio Romero Losada, a quien recientemente el Gobierno, por real decreto aprobado en Consejo de Ministros, ascendió de general de Brigada a general de División.
Tal y como contó hace unas semanas el medio local ‘Pontevedra Viva’, el nuevo director del CIFAS se ha despedido ya del cargo que ostentaba hasta ahora: la jefatura de la Brigada ‘Galicia’ VII-Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT).
Inteligencia militar ante crisis
Creado en 2004 por real decreto durante la etapa de José Bono, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas es el órgano responsable de facilitar al ministro de Defensa, a través del JEMAD, y a otras autoridades militares “la inteligencia militar precisa para alertar sobre situaciones de interés militar, con riesgo potencial de crisis, procedentes del exterior, y prestar el apoyo necesario a las operaciones”.
Además, “asesora al Jefe de Estado Mayor de la Defensa y a los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y Armada en materia de contrainteligencia militar y seguridad, en el ámbito de las Fuerzas Armadas, y contribuye al asesoramiento en el nivel estratégico de las operaciones militares”.
Tiene su sede central en la base de Retamares (Pozuelo
de Alarcón, al oeste de Madrid), donde se encuentran también el Mando
de Operaciones, el Mando de Operaciones Especiales, el Mando Conjunto de
Ciberdefensa... lo que ha motivado que haya quien denomine esta base
como “el Pentágono español”.
Agregados militares por todo el mundo
Una de las vías de información más potentes del CIFAS es la red de agregados militares que están presentes en las embajadas de España en todo el mundo.
Estos agregados militares remiten periódicamente informes al CIFAS
desde los países en los que están destinados, desde China a Estados
Unidos, pasando por Israel, Reino Unido, Marruecos, Venezuela, Brasil,
Arabia Saudí, Corea del Sur. También cuenta con células en lugares como
Sáhara Occidental y la Antártida.
Con esta información, otros recursos y fuentes propias, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas elabora cada día un informe, de más de quince páginas, que eleva al Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).
Una de las principales funciones del CIFAS es proporcionar a los
mandos militares la información necesaria para el desarrollo de las
actividades de preparación de la Fuerza, así como para el desarrollo de las misiones permanentes en tiempo de paz que tienen asignadas las Fuerzas Armadas.
La protección de las tropas españolas en estas
misiones, en muchos casos en entornos hostiles, es objetivo prioritario
para el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Pero también
lleva a cabo tareas de inteligencia interna, como el control de las asociaciones profesionales.
Controla el satélite espía PAZ
Entre los departamentos del CIFAS cabe citar: Planes y Cooperación; Obtención y Difusión; Apoyo Técnico; y Análisis y Elaboración.
Cuenta con un Centro de Alertas y Seguimiento, secciones como
Administración de Sistemas, y áreas como Contrainteligencia y Seguridad,
o áreas geográficas.
Además de proporcionar inteligencia estratégica al JEMAD y a los jefes de Estado Mayor de Tierra, Armada y Aire, el CIFAS se relaciona y colabora con organizaciones homólogas de inteligencia militar, como son el SIEDM portugués, el SISMI italiano, la DIA de Estados Unidos...
El CIFAS recaba la información procedente de la OTAN, y es el organismo encargado de gestionar los satélites espía: el satélite español PAZ,
y el sistema europeo de satélites espías Helios. También es el
responsable del programa ‘Santiago’ de captación de señales electrónicas
mediante sensores fijos y móviles.
Primeros años: a la sombra del CNI
El CIFAS se formó a partir de la antigua división de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa,
y su creación recibió el impulso de las recomendaciones de las Comisión
para la Racionalización de la Inteligencia de las Fuerzas Armadas
(CORIFAS).
Uno de los objetivos del CIFAS en su creación era centralizar, o al menos coordinar,
el trabajo de inteligencia que realizaban los órganos propios que tenía
cada uno de los tres ejércitos: el Centro de Seguridad del Ejército de
Tierra (CESEGET), la Sección de Seguridad Naval Central (SSN) de la Armada y la Dirección de Seguridad y Protección de la Fuerza del Ejército del Aire.
Durante sus primeros años, el CIFAS no fue dotado apenas de medios
técnicos, económicos y de personal. Además, tal y como se contó en estas páginas, sufría una gran rotación de efectivos, no había oficiales de alta graduación y, en general, sus miembros lamentaban problemas de coordinación y funcionamiento.
A ello se sumaba una dependencia funcional del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que dejaba al CIFAS en la sombra, sin apenas protagonismo público.
Rivalidad con ‘La Casa’
La situación cambió a partir de 2011. Con la llegada del PP al Gobierno, Mariano Rajoy reestructuró el mapa de los servicios de información
y el Centro Nacional de Inteligencia dejó de estar bajo dependencia del
Ministerio de Defensa y pasó a depender de la vicepresidenta y ministra
de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría.
Al perder el control sobre el CNI, el acceso a la
información del servicio de inteligencia ya no era tan fluida para el
Ministerio de Defensa. Por ese motivo, con Pedro Morenés y después con María Dolores de Cospedal el departamento comenzó a potenciar el CIFAS.
El salto desde 2012 fue importante. El centro pasó a contar con una plantilla de unas 300 personas,
ya con tenientes coroneles, comandantes y capitanes. Además, contaba
con un núcleo de casi cien agentes encargados de cubrir las necesidades
de inteligencia de las tropas españoles en misiones internacionales.
Este crecimiento del CIFAS, en personal y relevancia, provocó suspicacias en el CNI. Surgió así un pulso soterrado, sordo, de puertas para adentro, por ver quién dominaba la inteligencia en el ámbito militar.
Cabe recordar que aunque ya es oficialmente un organismo civil, el
CNI es el continuador del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID),
el servicio de inteligencia creado en la Transición para aglutinar -de
forma similar al CIFAS- a las secciones de inteligencia e información
del Alto Estado Mayor y de Presidencia del Gobierno (el SECED de Carrero
Blanco).
Dentro de la comunidad de inteligencia que existe en
España con el CIFAS, el CNI, la Brigada de Información de la Policía
Nacional, el Servicio de Información de la Guardia Civil, las unidades
homólogas de los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza... en enero de 2018 el JEME dio un paso para reflotar el Centro de Seguridad del Ejército de Tierra, no vinculado al CIFAS.
El CNI vuelve a mandar con Robles
En junio de 2018 Pedro Sánchez llegó a La Moncloa y en el nuevo Gobierno socialista el CNI volvió a depender orgánicamente del Ministerio de Defensa, con Margarita Robles. El paréntesis en el Ministerio de Presidencia había durado siete años.
Meses después de ese nuevo cambio, ECD contó que entre altos mandos de Defensa se empezó a detectar que el CNI estaba ganando importantes cuotas de poder en el ministerio.
No pasó inadvertido que Robles situara en su círculo de colaboradores más próximos a dos ex miembros
del Centro Nacional de Inteligencia: su directora de gabinete,
Esperanza Casteleiro, y el subsecretario del ministerio, Alejo de la
Torre.
Esa influencia creciente del CNI en el Ministerio de Defensa desató las alarmas en el CIFAS.
En el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas se extendió el
temor a que Margarita Robles revirtiera la situación, y que impulsara o
bien una reunificación de servicios de inteligencia, o bien una verdadera “absorción” del CIFAS a manos del CNI, del que pasaría a ser un mero departamento dedicado sólo a obtener información operacional de las Fuerzas Armadas.
Encuentros recientes con la ministra
En este contexto se ha producido el relevo del director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
Se da la circunstancia de que la ministra de Defensa se encontró recientemente
tanto con el director saliente del CIFAS como con el entrante. Según la
agenda oficial del Ministerio de Defensa, Margarita Robles recibió el 9 de septiembre al general de División Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, aún director del CIFAS.
Un día después, el 10 de septiembre, Robles viajó a Pontevedra,
a la base “General Morillo” que acoge a la Brigada ‘Galicia’ VII,
también denominada Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable
(BRILAT).
La ministra acudió a condecorar
a los militares de la brigada que neutralizaron un ataque con dos
vehículos cargados con 500 kilos de explosivos contra la base de
Koulikoro (Mali) de la operación europea EUTM-Mali.
Allí coincidió con Antonio Romero Losada, a quien días después
ascendió a general de División y designó como nuevo director del CIFAS.
Fue coronel de la Legión
Durante su etapa en la BRILAT, Romero Losada participó en la misión española en Líbano. Llegó a liderar el sector este de UNIFIL, la Fuerza Provisional de Naciones Unidas
que trata de evitar que el sur de Líbano se convierta en campo de
batalla entre las milicias palestinas y el ejército de Israel, como ha
ocurrido en varias ocasiones en las últimas décadas.
Anteriormente, el nuevo jefe de la inteligencia militar pasó por la Legión. Durante años fue el coronel jefe del Tercio ‘Gran Capitán’ 1ª de la Legión, con base en Melilla.
El director saliente del CIFAS, Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, deja el cargo por pase a la reserva después de dos años y medio en el cargo. Antes de Rosaleny estuvieron al frente del centro el general de División Francisco José Gan Pampols, el vicealmirante Juan Antonio Cuadrillero Pinilla, el teniente general Miguel Romero López y el general de Brigada Valentín Martínez Valero, primer responsable y verdadero ‘creador’ del CIFAS.
Ha habido, por tanto, seis directores del CIFAS en quince años.
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