domingo, 27 de octubre de 2019

Si me queréis, irse / Rosa Roda *

Es aún más grave de lo que suponía. Qué López Miras se descuelgue ahora con que va a convertir el Mar Menor en una especie de jacuzzi con la instalación de tuberías microperforadas que bombearan oxígeno en caso de un nuevo episodio de anoxia, demuestra que no ha entendido nada o, peor aún, que no quiere entenderlo; probablemente porque es rehén del potente sector agrícola y, de paso, jefe de una panda de incompetentes asesores. 
 
Esas microperforadas medidas se presentaron de palabra en la última reunión del grupo de trabajo de Ecología Lagunar y no fueron objeto de acuerdo alguno. No obstante, alguien debió tomar nota y se lo pasó a López Miras para la sesión de control al gobierno en la Asamblea. "Tú lee esto y que parezca que estamos haciendo algo" debieron decirle y el presidente sacó su chuleta.

“Ideas de bombero” dicen los investigadores que han abandonado el Comité Científico del Mar Menor, más bien un comité de militantes. Si sigue así López Miras, acabará igualando en estupideces al diputado de Vox, Juan José Liarte que culpa del desastre ambiental en el Mar Menor a la clase media que compra casas en la playa porque quieren que sus hijos veraneen como los hijos de los ricos y, encima, presionan al sector productivo porque quieren comer alcachofas en verano. Por cierto, Vox preside la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea gracias a PP y Cs.

"El gobierno está como pollo sin cabeza" comentan los asistentes a las reuniones que de un día para otro convoca la Consejería de Agricultura con motivo de la redacción de la Ley Integral del Mar Menor que López Miras quiere aprobar antes de final de año. No hay ni un mal borrador de proyecto de ley. Ni una línea escrita. Ni un pobre esquema. Los mandatarios de la Consejería se presentan a las reuniones con un folio en blanco y toman nota de forma apresurada de las sugerencias que hacen pescadores, ecologistas, vecinos y hasta del conserje si levanta la mano. 
 
Están tan perdidos que rebuscan en los cajones viejos proyectos. No saben por dónde empezar. El bofetón televisado que ha supuesto la mortandad de peces les ha dejado catatónicos. Esto no hay campaña de desinformación que lo arregle. Y para terminar de rematarles llega su secretario general, Teodoro García Egea y en un alarde de cinismo sin precedentes dice "nos niegan el agua, y las infraestructuras y ahora hasta se nos culpa del desastre ecológico en el Mar Menor. Solo falta que nos echen la culpa de la gota fría".

La descomposición, por no decir cagalera, es tal que están a punto de hacerse de Greenpeace. En un inusitado ataque de conciencia ambiental, el gobierno regional, por fin, ha dado carpetazo a Puerto Mayor porque "no encaja con su idea de una costa sostenible". 
 
Eso dicen ahora. Un proyecto de concesión franquista paralizado por el empeño y la lucha de las organizaciones ecologistas. Es más, el gobierno de López Miras lo intentó resucitar. El alcalde de San Javier, José Miguel Luengo siempre ha sido un firme defensor del proyecto por interés económico y turístico, que no ambiental. Quería hacer incluso un auditorio y una galería comercial en Puerto Mayor. La agresión al Mar Menor se la traía al pairo. 
 
Y ahora ni puerto ni aeropuerto ni Mar Menor, pero mayoría absoluta del PP en San Javier. Y como no hay pastel sin guinda, el consejero de Fomento, José Ramón Díez de Revenga sale con que "hemos caducado la concesión de Puerto Mayor porque era un proyecto desmesurado, reducto de un pasado para no repetir". Sin comentarios que me da la risa. Tanta como ver a los Luengo manifestarse en Santiago de la Ribera rodeados de vecinos que gritaban "No ha sido la DANA, ha sido el no hacer nada".

El gobierno regional del PP no quiere entender que debe tocar la agricultura intensiva sí o sí. El cinturón agrícola que rodea el Mar Menor es asfixiante. Científicos del Instituto Español de Oceanografía estiman que con la DANA entraron al Mar Menor entre 35 y 60 toneladas de nitratos, de 25 a 40 toneladas de amonio y más de 100 toneladas de fosfatos. Y tal cantidad de productos químicos no cae del cielo.

La científica de la Universidad de Murcia, Julia Martínez habla de cambiar el modelo productivo por encima de la AP-7 y eliminar todo el regadío intensivo desde la misma orilla del Mar Menor hasta el límite con la autovía. Una medida tan necesaria como difícil por mucho que COAG y FECOAM digan ahora con cara de cordero degollao que están dispuestos a hacer lo que haga falta por salvar el Mar Menor y que "lo que era de secano, que vuelva a ser de secano".

Otros con descomposición de cuerpo. Qué pronto se les ha olvidado la que montaron para impedir que se aprobase la Ley de Medidas Urgentes del Mar Menor en 2018 cuyo artículo 8 obliga a restituir a su condición original de secano toda superficie situada fuera del perímetro de regadío legal. Pero es que el pasado 30 de mayo, COAG y FECOAM registraron una Proposición de Ley en la Asamblea para derogar la Ley de Medidas Urgentes con el argumento de que les perjudica. 
 
Aducen, entre otras cosas, que la implantación de setos vegetales "supone dejar de cultivar elevados porcentajes de las explotaciones" ¿y quieren que la gente les crea? Que no les confundan. Los dirigentes de COAG y FECOAM acaban de anunciar que van a cumplir la ley ¡A buenas horas mangas verdes!

El Plan Vertido Cero que ha diseñado el Ministerio de Transición Ecológica soluciona la falta de agua de los agricultores, no soluciona la degradación ambiental del Mar Menor. “La llegada de contaminantes a través de las aguas superficiales y subterráneas al Mar Menor procedentes de la actividad agraria del Campo de Cartagena, cuyo origen se debe al exceso de fertilización aportada al suelo y a la deficiencia en las instalaciones de almacenamiento de las deyecciones ganaderas” es la principal causa de la contaminación del Mar Menor según los técnicos del ministerio. 300.000 toneladas de nitratos acumula el acuífero.

La sobrefertilización con un exceso en la aportación de nitrógeno se estima en una media de 40 kg/ha en una región con 247.166 hectáreas vulnerables a la contaminación por nitratos donde la Consejería ni controla, ni vigila ni audita. Es más. La Consejería de Agricultura reconoce que no dispone de un método real de comprobación de cantidades de nitrógeno aportado por productores en sus fincas. Baste decir que un informe interno desvela que la Consejería de Agricultura no controla los nitratos de 1055 balsas de purines en el entorno del Mar Menor pese a ser una fuente importante de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. 

Destacados investigadores no alcanzan a entender qué resuelve perforar el acuífero con 100 nuevos pozos de los que extraer 12 hm3 al año de agua que una vez desalobrada y desnitrificada será puesta a disposición del sector agrícola para que siga perpetuando y expandiendo el regadío entorno al Mar Menor. Y todo eso sin haber cuantificado la descarga de agua subterránea del acuífero del Campo de Cartagena al Mar Menor porque el estudio piezométrico que la Confederación Hidrográfica del Segura encargó a Tragsa está inconcluso. No conocemos qué cantidad de agua se filtra, ni qué cantidad de nutrientes llegan al Mar Menor por el subsuelo.

Agua desalobrada y desnitrificada que supondrá el vertido de 2 125 toneladas anuales de nitratos al Mediterráneo afectando al LIC marino y degradando hábitats como la pradera de posidonia mientras lucimos en la solapa el pin de la Agenda 20-30 de Desarrollo Sostenible de la ONU que tanto gusta al presidente Pedro Sánchez. Es decir, nos cargamos el Mar Menor y ahora lo intentamos con el Mediterráneo que es más grande y se nota menos. Pero es que ya se empieza a notar. Los ecologistas advierten de que el emisario de la planta desalobradora de la Comunidad de Regantes Arco Sur en Cabo de Palos ha empezado a provocar la proliferación de algas en una zona situada entre Cala Reona y Calblanque. Aseguran que es un síntoma del exceso de nutrientes en el agua. Nunca habían visto tanta alga chaetomorpha aérea en la zona.

El Ministerio ya lo intentó en los años 90 y fracasó. La CHS encargó a Sacyr la construcción de un sistema drenajes Albujón-Mojón para aprovechar las aguas de retorno de los riegos del Campo de Cartagena y evitar vertidos al Mar Menor. "Nada de eso funcionó ni se ha mantenido", denuncia el fiscal en su querella. "Por razones de a quién correspondía cargar con con los gastos de bombeo y desalación del conjunto Albujón-Mojón, la obra cayó en desuso", declaró el ex presidente de Sacyr, Luis del Rivero tras la Sopa Verde de 2016. 
 
La Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena estimó que la explotación y mantenimiento de aquel sistema ideado por los ingenieros de la confederación les salía demasiado caro y lo abandonaron ¿Están dispuestos a asumir ahora el pago de los 29 millones de euros al año que costará explotar y mantener las nuevas infraestructuras de final de tubería del Plan Vertido Cero o una vez ejecutadas las obras con el dinero de todos las volverán a abandonar?

LA EXPANSIÓN DEL REGADÍO ES UN SINDIÓS. Que el Ministerio diga ahora que por el momento ha identificado por teledetección al menos unas 9.500 hectáreas en el Campo de Cartagena si concesión de agua, demuestra la falta de diligencia de la CHS durante estos años de degradación ambiental del Mar Menor. ¿Son ilegales entonces esas 9.500 has? Pues no amigos. Desde el organismo de cuenca matizan que al no estar fuera del perímetro regable es posible su consolidación (legalización) en el Plan de Cuenca. Que las ilegales son solamente 1.600 hectáreas en el campo de Cartagena, aunque ANSE insiste en que son al menos 12.000 las hectáreas de regadío ilegal fuera de perímetro.

¿Qué sucede? Pues que a cuenta de las UDAS (Unidades de Demanda Agraria) que desde 1988 delimitan zonas brutas regables de la Cuenca del Segura, el organismo de cuenca ha venido justificando que donde ayer había olivar o cereal hoy haya lechugas o melones y, por tanto, no se pueda hablar de regadío ilegal sino de regadíos en situación de "alegalidad" o "ilegales con asterisco". 
 
Los perímetros regables de la Confederación son tan elásticos que hasta dentro de la Catedral de Murcia se podrían plantar lechugas. En otra palabras: todo lo que se riega dentro de perímetro es susceptible de ser legalizado. Por tanto, barra libre a la expansión del regadío. Basta echar un vistazo a los mapas de la propia CHS para comprobar que el secano prácticamente es inexistente en el Campo de Cartagena. Las grandes empresas agrícolas siempre encuentran el agujero legal. El regadío ha propiciado el gran pelotazo. Quizá por eso COAG y FECOAM dicen ahora que "lo que era secano, que vuelva a ser secano". Pero ¿a qué secano volvemos con esos inmensos perímetros regables? El regadío es el gran pelotazo en el Campo de Cartagena con tanta facilidad.

La CARM ha retrasado durante años la declaración de el Mar Menor como masa afectada por la contaminación de nitratos en cumplimiento del Real Decreto 261/1996. Eso revela un informe interno de la Consejería de Agricultura al que ha tenido acceso Onda Cero. Pero es que la CHS no ha declarado la masa de agua subterránea del acuífero del Campo de Cartagena en mal estado cualitativo químico (nitratos) como marca el artículo 56 de la Ley de Aguas aún sabiendo del mal estado de las aguas subterráneas. 
 
El apartado 28f de dicha Ley dice que la competencia para desencadenar el proceso lo tiene la Junta de Gobierno de la CHS. De nada sirve que el plan de cuenca hable del mal estado cualitativo del acuífero. Esa declaración habría desencadenado todo un programa de actuación que habría ayudado a proteger el Mar Menor. El organismo de cuenca dependiente del Ministerio ha sido cómplice necesario del desastre ambiental. De hecho, la declaración de la masa de agua subterránea del Campo de Cartagena "en riesgo de no lograr el buen estado químico" se anuncia ahora como una de las medidas destacadas del Plan Vertido Cero, pero llega tarde, muy tarde. Tanto la CARM como la CHS obviaron las leyes para no señalar al poderoso sector agrícola. Ni la CARM ni la CHS actuaron a tiempo pese a las advertencias de los científicos. Ni unos ni otros pueden alegar desconocimiento.

AHORA TIENEN PRISA. El consejero de Agricultura Agua y Medio Ambiente, Antonio Luengo volvió esta semana de Madrid, tras reunirse con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, lamentando la falta de compromiso del gobierno central porque no ha declarado de emergencia el Plan Vertido Cero y porque desde el Ministerio le han dicho que " ahora van a redactar los proyectos de las obras que luego tendrán que someter a evaluación ambiental". ¿Acaso pretende el consejero que el Ministerio incumpla la legalidad vigente y acometa obras sin proyecto y sin evaluación de impacto ambiental?

El consejero Luengo pide imposibles en un Estado de Derecho. Una de dos: desconocimiento o total desprecio a la legalidad vigente. Juzguen ustedes mismos. En la Comunidad de Murcia ni una sola hectárea de regadío ilegal se ha restituido a su condición original de secano y es competencia del gobierno regional. No se ha controlado la contaminación por nitratos. Se han editado guías que interpretan leyes y facilitan su incumplimiento. Vamos, que la Fiscalía podría abrir una sucursal en la Consejería de Agricultura y no daría abasto.

Vamos con un caso ilustrativo de cómo se hacen las cosas en esta Región: la poderosa Comunidad de Regantes Arco Sur solicitó en 2016 a la CHS concesión de 2,72 hm3/año de aguas salobres procedentes de la red de drenajes del Campo de Cartagena y modificación de la superficie regable autorizada de 1.528 a 2.383 hectáreas netas. Quería regar 855 hectáreas más. 
 
La Comisaría de Aguas consultó a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental sobre la necesidad de someter el procedimiento a evaluación de impacto ambiental y el Jefe del Servicio de Información e Integración Ambiental concluyó en un informe fechado el 22 de septiembre de 2016 que era necesaria la evaluación ambiental "teniendo en cuenta la especial sensibilidad ambiental de la zona de actuación, basada entre otras cuestiones, en la presencia de diferentes áreas protegidas, especialmente el Mar Menor, y en su declaración como zona vulnerable por la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias". 
 
Tras ese informe, la CHS denegó la concesión de agua. Pero, según los ecologistas, nada de eso ha impedido que 855 hectáreas se hayan puesto en regadío junto al Mar Menor sin Evaluación de Impacto Ambiental (la Consejería de Agricultura está al tanto) y que se estén regando sin la oportuna concesión de agua. Desde la CHS se limitan a decir que Arco Sur solo tiene derecho a regar 1.528 hectáreas pero dentro de un perímetro de 3.023 hectáreas. Que ya verán si se ciñen o no a lo establecido.

Pero es que la Comunidad de Regantes Arco Sur, con cuya desalobradora cuenta el Ministerio de Transición Ecológica para su Plan Vertido Cero, está vertiendo al Mar Mediterráneo sin permiso desde hace nueve años que caducó la autorización. La autorización de 2006 caducó en 2010. La Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente asegura que están en proceso de tramitar una nueva autorización a través del Ayuntamiento de Cartagena, que es el titular del emisario submarino que tampoco tiene permiso de ocupación del Domino Público Marítimo por parte de la Demarcación de Costas del Estado. 
 
No obstante, desde la Consejería de Agricultura aseguran que han establecido unos planes de vigilancia del vertido como medida cautelar. Nueve años dura ya la medida cautelar. Bueno, también decían que controlaban los nitratos y 300.000 toneladas acumula el acuífero del Campo de Cartagena.

Más letal que los nitratos es la omertá que silencia practicas delictivas e ilegales en torno al Mar Menor. Más letal que los nitratos es la flojera de quien antepone intereses personales y partidistas al interés general y cede a las presiones por un puñado de votos.

"Con gran parte de su fauna muerta....el Mar Menor se ha convertido ya en el trágico retrato del desastre ecológico que nace del impacto de la actividad humana" concluye un artículo de National Geographic
 
No sé a ustedes, pero yo como murciana solo siento vergüenza y pena, mucha pena. ¡Si me queréis, irse! que diría la gran Lola Flores, pero todos. No hagan más daño. 
 

(*) Periodista y Jefa de Informativos en Murcia de Onda Cero


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