En 1.000 millones de euros se están cifrando los daños que causarán a
los productos que España exporta a los Estados Unidos los que muy
pronto será nuevos aranceles de USA contra los países de la UE. Y ahí
incluidas nuestras exportaciones de vino y aceite entre muchas otras.
Pero que se cuide y mucho Pedro Sánchez en no alzar la voz en contra
del presidente americano porque anda enloquecido con lo del
‘impeachment’ y todavía nos puede castigar mucho más.
Y ello muy a pesar que USA comparte bases militares en territorio
español y tiene atracadas en Rota las fragatas de su ‘escudo anti
misiles’. Lo que bien merecería por parte de Washington un buen trato a
España por ser un país amigo y ‘aliado’ bilateral y multilateral en la
OTAN.
Pero mejor, y más lógico dado que estamos inmersos en la Union
Aduanera de la UE, que sea la Comisión Europea quien plante batalla
comercial ante el Gobierno de Trump. O que adopte represalias
arancelarias contra algunas exportaciones USA al territorio europeo.
Porque no está España para abrir frentes en el ámbito internacional,
máxime en vísperas del ruido que hará la publicación de la sentencia del
Tribunal Supremo sobre el golpe catalán.
Lo que sí tienen que hacer España y la UE es abrirse más a los
mercados orientales de China, India, Corea del Sur y Japón y a
Latinoamérica en pos de abrir alternativas a los intercambios
comerciales con USA.
Lo peor del castigo de USA a España es que llega en tiempo de caída
del crecimiento (con peores cifras de paro en septiembre) y bajo la
amenaza de recesión. Y este nuevo castigo dañará la balanza comercial y
la deuda de nuestro país en un tiempo en el que vamos a necesitar
mayores recursos financieros para hacer frente a los daños sociales que
provoque la nueva crisis ya en ciernes.
Daños que no serán tan graves como en 2008, porque desde entonces se
ha limpiado y desinflado la burbuja de la construcción, y saneado
bastante el sistema financiero y también se ha reducido el endeudamiento
de familias y empresas.
Aunque estas mejoras y la todavía en vigor tasa de crecimiento
española no debe impedir el estar vigilantes y el batallar, desde la UE,
contra los nuevos aranceles que nos quiere imponer Trump.
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