Mientras que la campaña electoral se enreda en lamentables
discusiones sobre la Guerra Civil española -a las que se ha sumado Pablo
Casado para proteger los disparates de ‘su’ Isabel Ayuso- en el Foro de
La Toja Felipe González y Mariano Rajoy han dado una lección de
capacidad de diálogo.
En el que, tras llegar a numerosos puntos de encuentro sobre las
políticas europea y económica -huyeron como pudieron de la corrupción-,
al final ambos lamentaron que en el momento actual PP y PSOE no sean
capaces de pactar un gobierno estable para España.
Ni Rajoy ni González señalaron al que ellos consideran el gran
culpable de este bloqueo que es Pedro Sánchez por su inmovilismo y
dureza con sus adversarios. No en vano Sánchez se opuso, con su famoso
‘no es no’, a la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy en 2016.
Lo que fue posible tras la dimisión de Sánchez de la secretaría
general socialista después de sufrir una rebelión en la mayoría del
Comité Federal del 1 de octubre de ese año. Una operación que apoyó
González contra Sánchez para luego promocionar, sin éxito, a Susana Díaz
en el PSOE.
Pero ayer los expresidentes del Gobierno encontraron muchos más
puntos de coincidencia que de divergencia sobre todo en cuestiones
económicas y de la política internacional. Y sobre todo clamaron contra
lo que Gonzalez llamó ‘el bloquismo’, o bloqueo político que impide en
España la formación de un gobierno estable.
Más propicio González, en la actual situación con una crisis
económica en ciernes, del modelo de ‘gran coalición’ a la alemana.
Aunque Rajoy fue más partidario de un pacto con apoyo parlamentario
externo como el que él logró en 2016, y que ahora reclama Sánchez al PP
para gobernar en solitario.
Decía González, lamentando que en España llevemos cuatro elecciones
en los últimos cuatro años, que en nuestro país los dirigentes políticos
actuales no son capaces de superar este tipo de situaciones como suele
ocurrir en Italia ‘porque en España no hay italianos’.
Pero se olvida González que intentar en España una ‘gran coalición’,
como las de Alemania, también es imposible porque como le dijo un
ministro de la SPD ‘en España no hay alemanes’.
Motivos por los que ‘el bloquismo’ o bloqueo político va a ser muy
difícil de superar con un pacto transversal entre PSOE-PP. Sobre todo si
Sánchez se empeña en alcanzar el gobierno con un programa que incluye
muchas de las propuestas y exigencias de la izquierda radical.
Al menos hasta que Sánchez -que estuvo a punto de morder el anzuelo
de la coalición con Podemos en julio pasado- se dé de bruces con la
realidad de la nueva crisis económica y tenga que rectificar. Como tuvo
que hacerlo en Grecia Alexis Tsipras como bien recordó Felipe González
en la conversación.
Y como ahora, y después de muchas concesiones al soberanismo catalán y
vasco está Sánchez rectificando su discurso nacional -‘Ahora España’
dice su pancarta electoral- tras topar con la realidad catalana y en
vísperas de la inminente sentencia del Tribunal Supremo. A sabiendas que
esta cuestión va a ser fundamental a lo largo -sobre todo en el debate
televisado del 4-N- de la campaña electoral.
(*) Periodista
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