Les anticipo la respuesta: lo ignoro, pero me parece que no. Sánchez
quiere a su lado leales muy leales, casi agradecidos, la coalición le
resulta indigesta. A la vista de las encuestas que le sirven el CIS y
otros, parece razonable, desde la lógica del interés del partido, que
Sánchez quiera elecciones inmediatamente, porque mejorar su posición
(aunque no alcance mayoría) y distanciarse de sus adversarios forma
parte de los objetivos no renunciables para cualquier político.
No hay
que descartar el recelo ante unas elecciones que se sabe cómo empiezan
pero no como acaben (la británica May tuvo una frustrante experiencia).
Además, la mejora de diez o vente escaños, hasta 140 o más, mantiene la
necesidad inexcusable del concurso de otro u dos partidos para gobernar,
es decir un modelo muy similar a la actual.
Pasados cien días de las elecciones y setenta de la apertura de la
XIII legislatura, con la experiencia de lo actuado por los dirigentes de
los partidos durante estos días cabe la pregunta: ¿tuvo Pedro Sánchez
alguna voluntad de llegar a algún acuerdo con su “socio preferente” (la
calificación es del propio Sánchez)? Parece que corrió el riesgo de que
el socio aceptase un acuerdo (no es seguro) pero la ambición de
Iglesias, quizá menospreció la astucia de Sánchez, malogró esa
posibilidad.
Con lo que sabemos, sobre todo tras las actuaciones de ayer tarde
(los diez minutos de charla telefónica Sánchez-Iglesias y los sucesivos
comunicados) que confirmaron hasta la náusea la desconfianza de Sánchez
con el socio preferente la pregunta es: ¿por qué ha mareado tanto la
perdiz Sánchez? ¿No hubiera sido más sencillo, franco y sincero
descartar la alianza desde primera hora y evitar la contradicción de
“socios preferente” y “desconfianza”.
La confianza es condición necesaria (no suficiente) para llegar a
acuerdos satisfactorios y de éxito. Sin confianza ¿para qué perder el
tiempo? ¿Va a recomponer la confianza otra ronda electoral? Por si acaso
Iglesias advirtió ayer que volver a negociar es desde cero, sin
exclusiones, es decir con el propio Iglesias como candidato. Más aun
advirtió ayer que antes o después Sánchez tendrá que verle a su lado en
la foto del nuevo gobierno.
Y llegados a este punto me pregunto ¿qué han hecho los españoles para merecer ésto?
(*) Periodista y politólogo
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