Lejos, difuminada en el horizonte se observa una masa
oscura. Quizás sean unas montañas. Una lejana cadena montañosa. Sí,
seguramente se trata de unas montañas escondidas detrás de la bruma.
Aunque también podrían ser unas nubes, unas nubes tormentosas.
La
aeronave acaba de parar motores y sus tripulantes aún no se han hecho
una composición del lugar. Están maravillados. Un planeta oceánico. El
agua parece poco profunda. Han amerizado en un inmenso estanque. Un
lugar tranquilo y sin embargo inquietante.
La Tierra está agonizando. Las sequías y las tormentas de
polvo son cada vez más frecuentes. Su misión es encontrar un planeta
habitable en una galaxia lejana, a la que han llegado a través de un agujero de gusano
: un atajo a través del espacio y el tiempo. De pronto, uno de los
astronautas tiene la sensación de que aquella lejana masa oscura se está
moviendo. Estamos viendo Interestelar , película de Cristopher Nolan ,
que alcanzó un notable éxito de público hace unos años, siendo muy
elogiada por su buen manejo de la teoría de la relatividad. Una fantasía
con base científica.
La tripulación es multipartidista. Cada uno tiene sus
propias ideas sobre el Universo. La masa oscura se mueve y el astronauta
del PSOE, después de un primer momento de perplejidad, llega a la
conclusión de que la Mayoría Cautelosa se ha puesto en marcha. Sonríe y
mira de reojo al cosmonauta de Podemos. “Os vais a enterar. Ahí viene,
majestuosa, la Mayoría Cautelosa. ¡Con qué precisión la hemos sabido
convocar! Esa ola nos va a propulsar y la próxima legislatura será
habitable”.
Llevan las siglas en la escafandra. El astronauta del
Partido Popular, todo de blanco, también sonríe. “Lo sabía. Sabía que
pasaría. Ahí viene la crisis económica. Alemania nos avisó. Los
indicadores de agosto parpadearon y estos ingenuos de la izquierda
creyeron que aún tenían tiempo para sus maniobras. Los socialistas no
aprenden. Al comandante Zapatero le pasó lo mismo en el 2008. Esta ola
se los va a llevar por delante. Olvidémonos de Catalunya, ¡es la
economía, estúpidos!. Hay que cabalgar esa ola”. En ese preciso
momento, el espectador tiene la sensación de que esta película ya la ha
visto.
El astronauta de Ciudadanos está angustiado. No se está
quieto. Ignoraba que la ola fuese tan alta y estaba seguro de que los
tripulantes del PSOE y Podemos llegarían a un acuerdo para salir juntos
en busca del fatídico horizonte. Esa era su apuesta.Esa sigue siendo su
apuesta. Ahora todos están en riesgo y a él se le ha enganchado una
correa del traje naranja con un engranaje. No puede avanzar ni
retroceder y tiene muy pocos amigos a bordo. Está asustado. Es el que
más miedo tiene.
Mono rojo y escafandra blanca, el cosmonauta de Podemos
presenta un singular aspecto con su traje espacial soviético de la época
de Yuri Gagarin . No acaba de identificar bien la ola y sólo le
quedan siete minutos. Si es la Mayoría Cautelosa, que se prepare. Si es
la crisis económica, mejor será alejarse cuanto antes del PSOE. ¡A
quién se le ocurre querer entrar en un Gobierno con los socialistas en
puertas de una recesión económica! Quizá Irene Montero tenía
razón cuando aquella calurosa tarde de julio se negó a hacerse cargo de
una vicepresidencia con competencias limitadas. Quizá cometió el error
político de su vida. No fue fácil aquella tarde. La ola se aproxima y
hay que tomar una decisión.
El tripulante de Esquerra Republicana emite mensajes
cifrados a la base. Rítmicos y sentenciosos. 155 códigos por minuto. “Si
eso es una Mayoría Cautelosa la podemos cabalgar. También puede ser
nuestra Mayoría Cautelosa”.
La astronauta de Junts per Catalunya recita
una canción popular: “Muntanyes del Canigó / fresques són i regalades /
més que més ara a l’estiu / que les aigües son gelades...” ¿Y si no es
el Canigó? ¿Y si es un tsunami? “¿Un maremoto? Mejor que mejor.
Cuando
ya nada quede en pie, de entre las ruinas se levantará la República
Catalana”. El tripulante del PNV es el más analógico de todos y el más
prudente: “¡Ahí va, la que nos viene encima! Estos insensatos nos han
metido un buen lío”.
Agazapado detrás de la aeronave, el octavo
pasajero, llamado Vox, observa entusiasmado la masa en movimiento: “Ahí
viene todo el malestar social acumulado. La izquierda no sabe cuánto
cansancio está provocando entre los que menos tienen y los que menos les
interesa la política. Un día toda esa masa será nuestra”.
El capitán del PSOE duda un momento. “Si es crisis
económica quizá deberíamos preocuparnos. Quizá estemos en riesgo. No,
no, si es crisis, la Mayoría Cautelosa todavía será mayor. Esa ola es el
pulso institucional de España”. El cosmonauta de Podemos recibe una
comunicación por los auriculares: “El comité central del Partido
Comunista de España, reunido ayer sábado en Madrid, aconseja negociar y
evitar elecciones. Garantizamos unidad y cohesión en Unidas Podemos”.
Quedan siete minutos. Bip, bip, bip...
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
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