MADRID.- El turismo español tiembla por la crisis que amenaza a los principales países emisores del continente europeo. Y no es para menos. El sector se juega más de 30.000 millones de euros en ingresos,
lo que supera el 30% del gasto total anual que realizan los turistas
extranjeros en España, que roza los 90.000 millones. Y esto en un
momento en el que la actividad turística se desacelera, en gran
medida por la recuperación y el intenso repunte de la demanda desde los
mercados emisores del centro y norte de Europa hacia los destinos del
Mediterráneo Oriental, relata https://amp.lainformacion.com.
El 'patinazo' de tres de
las grandes economías europeas que más turistas envían a España se
presenta como un riesgo importante para el sector turístico nacional.
Por un lado, Reino Unido, el país emisor por excelencia, registró
un retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,2% en el segundo
trimestre del año. La locomotora alemana, por su parte, se contrajo un 0,1% en el mismo periodo. Ambos se asomaron peligrosamente a la recesión, mientras que Italia –la tercera mayor economía del euro– se quedó completamente estancada.
Malos datos de las potencias del bloque que debilitaron el avance del conjunto de la zona euro
hasta el 0,2% entre abril y junio, la mitad que en el trimestre
anterior, avivando los temores en los mercados a una nueva recesión. A
esto se suma toda la incertidumbre relacionada con la salida de Reino
Unido de la Unión Europea (UE). La posibilidad de un Brexit sin acuerdo
el próximo 31 de octubre tiene en vilo a la economía mundial por sus
importantes repercusiones dentro y fuera del país británico.
En suma, los turistas de estos tres países se dejan en España unos 30.000 millones de euros cada año. En concreto, los
británicos se gastan casi 18.000 millones de euros, los alemanes más de
12.000 millones y los italianos en torno a 3.400 millones de euros,
de acuerdo con la última encuesta anual de gasto turístico (Egatur) que
elaboró el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el ejercicio
2018.
Más de 30.000
millones de euros en juego ante la posibilidad de que estas economías no
levanten cabeza y la opción de irse de vacaciones pase a un segundo
plano entre los ciudadanos ante el impacto de una crisis en el empleo,
la consecuente reducción de las rentas y, en definitiva, la depresión
del consumo. Y eso considerando solo a Reino Unido, Alemania e Italia,
sin tener en cuenta un eventual efecto contagio que acabe por arrastrar a
países como Francia, cuyos turistas se dejan en España más del doble que los italianos, unos 7.400 millones de euros al año.
Malos augurios para el sector
Por
descontado, una nueva crisis no pasaría desapercibida para un sector
clave de la economía española, que supone nada menos que el 12% del PIB y es responsable de aproximadamente el 13% del empleo. Más aún en un momento en el que las previsiones dibujan los peores augurios. La Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur)
constató en su último informe la desaceleración de la actividad en el
sector al registrar un incremento interanual del 1,7% en el segundo
trimestre, desde el 2,3% con el que cerró el primer tramo del año.
Esta ralentización "ha sido en buena parte debida a la caída de la demanda internacional
más vacacional de los principales mercados, que no ha podido ser
compensada por el mejor desempeño de la demanda nacional y el repunte de
la actividad en los destinos urbanos", explicaba Exceltur, que señalaba
como responsables del frenazo a la recuperación de los destinos de sol y
playa del Mediterráneo Oriental y, especialmente, al escenario macroeconómico de moderado crecimiento en Europa descontado por las casas de análisis.
En
definitiva, las expectativas empresariales para los meses de verano y
para el conjunto del año llevan a Exceltur a estimar un leve crecimiento
del PIB turístico del 1,6% en 2019, inferior al 2,4% previsto para la economía española,
y por debajo del 2% de cierre del año 2018. Todo ello descartando que
las turbulencias recientes en las grandes economías del euro acaben por
descarrilar la evolución del bloque en lo que queda de año y, en
consecuencia, por impactar de lleno en España.
Las
incertidumbres son muchas y no se salva ningún sector. Ni el turismo,
ni por supuesto, el comercio. Solo a Reino Unido, Alemania e Italia las empresas españolas exportan más de 70.000 millones de euros al
año, según los datos más recientes de la Secretaría de Estado de
Comercio. En definitiva, entre unos y otros, 100.000 millones de euros
en jaque en plena guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China y
con los mercados internacionales echando humo.
Habrá que esperar a conocer los datos definitivos del tercer trimestre
para despejar las dudas y determinar si continúa la tendencia y Europa
se asoma al abismo de una nueva recesión o, por el contrario, solo
atraviesa un bache.
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