Según la Agencia de datos española a fecha del 25 de julio de este año la pensión media de jubilación en España es de 1.138,75 euros. ¿Se puede vivir dignamente con esa cantidad? Si durante la vida laboral se ha podido ahorrar para un piso en propiedad y, además, se goza de una mediana salud, quizás se pueda ir sobreviviendo sin grandes lujos. Sin embargo, la situación es muy diferente, dependiendo de si se vive en una gran ciudad o en una pequeña ciudad o en el campo.
Este suplemento de pensión que supone tener una vivienda propia, es en muchos casos lo que hace más llevadera la vida de los jubilados, Pero ¿y los jubilados que no pudieron ahorrar y, por tanto, no disponen de vivienda? ¿Y qué será de los jóvenes que jamás podrán tener una vivienda propia porque o no tienen trabajo o tienen un trabajo que no les da lo suficiente para vivir? ¿Tienen razón, entonces, los pensionistas para manifestarse en defensa de las pensiones y por la mejora de las mismas? Claro que la tienen, pero con las manifestaciones no basta.
La Comisión Europea acaba de dar un serio aviso a los gobiernos de los Estados miembros, y entre ellos a España, para que tomen medidas urgentes a favor de la sostenibilidad de las pensiones. El futuro de nuestras pensiones está en el aire y las de nuestros hijos está en la estratosfera. Pero es mucho más que las pensiones lo que está en juego. El envejecimiento de la población, con el consiguiente aumento del número de jubilados, y baja tasa de natalidad están teniendo unas consecuencias económicas serias. En España tenemos que añadir a esto el gran número de desempleados y la facilidad con la que se recurre a las prejubilaciones.
Si ya hemos vaciado la hucha de la seguridad social, o habíamos cotizado poco o alguien se ha gastado el dinero de las pensiones en otras cosas. Si se ha gastado en otros menesteres, alguien tendrá que reponerlo. Y si la hucha ya se ha vaciado, deberemos reflexionar. La solución no puede ser la cámara de gas para los mayores ni tampoco podemos pensar en aumentar más la hipoteca que dejaremos a nuestros hijos.
Tendremos que preguntarnos si treinta años de cotización son suficientes para 40 años de jubilación. Subir las pensiones por decreto, puede ser una buena medida electoralista, pero si no va acompañado de otras medidas, será simplemente “pan para hoy y hambre para mañana”
De acuerdo que se deben tomar medidas, y algunos países ya lo están haciendo (en España nuestros políticos están demasiado ocupados en luchas cainíticas): complemento con planes privados de pensión, fomento de la natalidad, retraso de la edad de jubilación., creación de puestos de trabajo. ¿Serán nuestros políticos capaces de entender esto?
Manifestarse a favor de las pensiones es un derecho y algo muy digno, pero ¿no deberíamos preguntarnos los pensionistas si no tenemos también alguna obligación frente a la sociedad? Las pensiones estaban calculadas en principio para una edad media de 80 años y ahora resulta que la edad media en España se acerca a los 90. Quizás no hayamos cotizado suficientemente
La fuerza de casi diez millones de pensionistas puede ser enorme, si se encauza dignamente, No es un partido político de jubilados lo que se necesita, sino una auténtica solidaridad de los pensionistas. Cuando éstos salen a la calle, no lo hacen guiados por un partido político. Es un interés común lo que los une.
Ha llegado el momento de que los jubilados tomen conciencia de su poder, pero también de su responsabilidad. Ha llegado el momento en el que la unión de los pensionistas, cualquiera que sea su orientación ideológica, reemplace de forma altruista a los políticos al menos en el ámbito municipal.
La Comisión Europea acaba de dar un serio aviso a los gobiernos de los Estados miembros, y entre ellos a España, para que tomen medidas urgentes a favor de la sostenibilidad de las pensiones. El futuro de nuestras pensiones está en el aire y las de nuestros hijos está en la estratosfera. Pero es mucho más que las pensiones lo que está en juego. El envejecimiento de la población, con el consiguiente aumento del número de jubilados, y baja tasa de natalidad están teniendo unas consecuencias económicas serias. En España tenemos que añadir a esto el gran número de desempleados y la facilidad con la que se recurre a las prejubilaciones.
Si ya hemos vaciado la hucha de la seguridad social, o habíamos cotizado poco o alguien se ha gastado el dinero de las pensiones en otras cosas. Si se ha gastado en otros menesteres, alguien tendrá que reponerlo. Y si la hucha ya se ha vaciado, deberemos reflexionar. La solución no puede ser la cámara de gas para los mayores ni tampoco podemos pensar en aumentar más la hipoteca que dejaremos a nuestros hijos.
Tendremos que preguntarnos si treinta años de cotización son suficientes para 40 años de jubilación. Subir las pensiones por decreto, puede ser una buena medida electoralista, pero si no va acompañado de otras medidas, será simplemente “pan para hoy y hambre para mañana”
De acuerdo que se deben tomar medidas, y algunos países ya lo están haciendo (en España nuestros políticos están demasiado ocupados en luchas cainíticas): complemento con planes privados de pensión, fomento de la natalidad, retraso de la edad de jubilación., creación de puestos de trabajo. ¿Serán nuestros políticos capaces de entender esto?
Manifestarse a favor de las pensiones es un derecho y algo muy digno, pero ¿no deberíamos preguntarnos los pensionistas si no tenemos también alguna obligación frente a la sociedad? Las pensiones estaban calculadas en principio para una edad media de 80 años y ahora resulta que la edad media en España se acerca a los 90. Quizás no hayamos cotizado suficientemente
La fuerza de casi diez millones de pensionistas puede ser enorme, si se encauza dignamente, No es un partido político de jubilados lo que se necesita, sino una auténtica solidaridad de los pensionistas. Cuando éstos salen a la calle, no lo hacen guiados por un partido político. Es un interés común lo que los une.
Ha llegado el momento de que los jubilados tomen conciencia de su poder, pero también de su responsabilidad. Ha llegado el momento en el que la unión de los pensionistas, cualquiera que sea su orientación ideológica, reemplace de forma altruista a los políticos al menos en el ámbito municipal.
A un simple mensaje de WhatsApp salen a la calle cientos de miles de jubilados, y cada uno de diferente ideología, ¿no será posible reunir en cada ciudad cincuenta o cien jubilados que se presenten en una lista electoral en busca de una solución al problema de las pensiones, aunque sólo sea esto lo que los una? Sé que la política de pensiones es una política de Estado, pero es a través de los municipios por donde más fácilmente pueden tener acceso a la política los ciudadanos que no quieran formar un partido político.
Si los jubilados nos contentamos con las simples manifestaciones, los partidos políticos tratarán de callarnos con unas simple migajas. Son muchos los pensionistas de 60 o 65 años que estarían dispuestos a hacer algo gratuitamente por sus hijos y sus nietos, pues casi todos ya lo están haciendo.
Si los jubilados nos contentamos con las simples manifestaciones, los partidos políticos tratarán de callarnos con unas simple migajas. Son muchos los pensionistas de 60 o 65 años que estarían dispuestos a hacer algo gratuitamente por sus hijos y sus nietos, pues casi todos ya lo están haciendo.
Puede ser que a los políticos les parezcan mucho 1.133 euros mensuales multiplicados por 10 millones de pensionistas españoles, pero a nosotros nos parece exagerado 5.000 euros mensuales multiplicados por 500 mil cargos políticos, sobre todo si se tiene en cuenta que sobran el 50% de esos cargos y que otros muchos podrán estar ocupados gratuitamente por jubilados.
(*) Ex funcionario del Parlamento Europeo
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