Cultura popular de la buena –además de ser una
iniciativa insólita en nuestro país- fue la que trajeron las
acertadamente llamadas "Misiones Pedagógicas", un Patronato que,
impulsado por el Gobierno de turno en el año 1931, se trazó y cumplió
con creces el sueño, el objetivo de superar el secular atraso educativo y
cultural de una España donde el analfabetismo alcanzaba a prácticamente
un tercio de su población, esto es, a más de seis millones de personas.
El
fomento de la cultura popular, la orientación pedagógica de las
escuelas –con el asesoramiento de los maestros- y la educación ciudadana
eran los tres pilares sobre los que se cimentaba la acción de las
"Misiones Pedagógicas", pensadas para "llevar a las gentes, con
preferencia a las que habitaban las zonas rurales, el aliento del
progreso y los medios participación en él", como rezaba el preámbulo de
su decreto de creación oficial.
Maestros,
inspectores de enseñanza primaria, profesores de Escuelas Normales,
escritores, intelectuales, artistas,... componían el inmenso elenco de
colaboradores y expertos de unas "Misiones Pedagógicas" que en una
primera etapa, la comprendida durante los años 1931 y 1932, desplegaron
su labor ambulante de mejora cultural por el centro del país. El auge de
esta institución regeneradora se daría en 1933 cuando extendió su
actividad al Levante, País Vasco, Galicia, Andalucía y Murcia.
Dotaciones
de bibliotecas a poblaciones rurales, lecturas en voz alta de obras
literarias, audiciones musicales con el acompañamiento de gramófonos,
actuaciones de coros, proyecciones de cine, representaciones teatrales y
de guiñoles y museos itinerantes compuestos por copias de cuadros
célebres elaboradas por un selecto grupo de artistas –entre los cuales
empezaba a despuntar un joven Ramón Gaya- eran los cometidos de estas
"Misiones Pedagógicas" que, vigentes hasta el estallido de la Guerra
Civil, en nuestra Región tuvieron un gran alcance sobre todo las
"misiones ambulantes" que, entre los años 1933 y 1935, visitaron varias
localidades murcianas, entre ellas Las Torres de Cotillas.
Aquí,
en nuestro municipio hicieron acto de presencia el 3 de mayo de 1934
levantando un tablado en la hoy Plaza Mayor, frente a la Casa
Consistorial, y ante una multitud de vecinos, pondrían en escena "pasos"
y entremeses cervantinos como "La guarda cuidadosa", recitales de
versos del poeta archenero Vicente Medina e interpretaciones de cantos
corales propios del folklore regional.
-Bibliografía consultada:
-TIANA FERRER, A: Las Misiones Pedagógicas, Editorial Catarata, Madrid, 2016.
-VV.AA.: Las Misiones Pedagógicas 1931-1936, Residencia de Estudiantes de Madrid, 2007.
-Diario murciano "Levante Agrario", edición correspondiente al 9 de mayo de 1934.
(*) Licenciado en Derecho y escritor
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