miércoles, 26 de junio de 2019

La trampa del quintapartito y el fracaso de la nueva politica / José Oneto *

Felipe González, el ex Presidente del Gobierno que más tiempo ha permanecido en el poder (casi catorce años) suele decir, cuando se le pregunta por el quintapartito que ha surgido en España, y, que es el sistema con el que ha funcionado Italia durante mucho años, que es un buen sistema, pero que el problema es que en España no hay italianos. Es una “boutade” más de González, pero que responde perfectamente a la realidad.

Es tan real que, a día de hoy, tres partidos del quintapartito que conforma en estos momentos el Parlamento nacional y numerosos parlamentos autonómicos tienen en un vilo y al borde de una moción de censura, a varios Ayuntamientos que han quedado en minoría después de un primer acuerdo tras las municipales del pasado mayo y la formación de una Autonomía para la que no se encuentra salida (Madrid), y otro, ha plantado cara al candidato a la investidura al Presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez y le ha pedido entrar en el Consejo de Ministros, dicen que hasta con cinco carteras que serían las que les correspondería por el número de votos que obtuvo en las elecciones del pasado 28 de abril. De lo contrario, ha amenazado a la Moncloa de que votarían en contra de la investidura.

Los tres partidos en cuestión (Ciudadanos, Vox y Podemos) forman parte de ese quintapartito a la italiana, que ha venido a sustituir al bipartidismo imperfecto que ha venido funcionando en nuestro país desde 1976, en que se celebran las primeras elecciones democráticas, hasta prácticamente 2011 en que aparecen los “nuevos partidos” de la “nueva política”. Forman parte, los tres de lo que ha sido bautizado como “nueva política”, frente a la política de siempre, que sería la “Vieja Política”.

Escribe en Agenda Publica Santos Juliá que “la evolución desde el multi-partidismo moderado de los años de transición de la dictadura a la democracia, pasando por la fase de partido predominante de la larga era socialista, hasta el bipartidismo imperfecto consolidado en el periodo 1993-2011, había dado lugar a un sistema político caracterizado por un fuerte presidencialismo, con gobiernos de un solo partido, legislaturas estables y turnos en el poder de Socialistas y Populares; apoyados, cuando fue necesario, por partidos nacionalistas de Cataluña y Euskadi”.

El resultado fue la formación de gobiernos estables, sí, pero nada respetuosos de la separación y el equilibrio de poderes, sostenidos en partidos ‘cartelizados’, muy proclives a favorecer las prácticas corruptas en el trato con intereses privados y muy dados a descalificar al otro,en una creciente espiral hacia una bipolarización excluyente. Si bien se mira, este sistema, ha sido recusado, en su totalidad, por la nueva generaciónn de políticos, denostándolo algunos, como régimen del 78 cuyo candado había que romper y destruir para poner en marcha esa ruptura política que no se atrevió a hacer en la Transición.

El bipartidismo fue supuestamente enterrado con regocijo y la “nueva política” recibida como algo que llegaba para cambiar todo y, para quedarse. Pero la verdad es que con la “nueva política” llegaron también los nuevos políticos, todos jóvenes y especialmente preparados. Pero, sobre todo jóvenes: el más viejo es Pedro Sánchez (47 años), el más joven Pablo Casado (38 años), Santiago Abascal (43) y Pablo Iglesias (41). Todos han trabajado antes en la Universidad, en organismos internacionales, en la Banca o, exclusivamente, en la política y ninguno conoció siquiera lo que fue el posfranquismo. Una verdadera renovación en la clase política.

Y ha sido con esa “nueva política” con la que el sistema ha oclosionado, Las elecciones Generales de 2015 hicieron imposible una mayoría para que Mariano Rajoy fuese investido Presidente del Gobierno. Con 123 diputados se negó a aceptar la oferta que le hizo el Rey para que intentara formar gobierno poniendo en marcha el reloj constitucional. Pasaron los días y, despues de un Pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, es Pablo Iglesias el que se encarga de boicotear la investidura de Sánchez con lo que el Rey se ve obligado a disolver las Cámaras y convocar nuevas elecciones… Son las elecciones en las que Pablo Iglesias pretende dar el “sorpasso” pero se equivoca, y el PSOE le saca catorce diputados de ventaja. 

Rajoy se coloca en 137 diputados pero solo la abstención del PSOE (un sector del PSOE) hace posible el inicio de la legislatura. Una legislatura que finaliza con la moción de censura de Pedro Sánchez, que ahora se encuentra y es el fruto del quinta partito y la “nueva política” como Rajoy en 2015. Habrá nuevas elecciones pero los bloques derecha izquierda no tendrán suficientes votos como para una cómoda investidura. Así que volver a empezar ….



(*) Periodista y economista


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