MURCIA.- La cuenca del Segura alberga en sus aguas 18 especies de peces, de las que sólo el 22 por ciento son nativas y el 78 por ciento son exóticas, algunas especialmente dañinas, lo que constituye una seria amenaza para las especies autóctonas.
Así
se desprende de una investigación publicada este martes por la revista
Quercus, que apunta al lucio ('Esox lucius') y la lucioperca ('Sander
lucioperca') como las especies exóticas invasoras (EEI) más
depredadoras. Por su parte, la perca sol ('Lepomis gibbosus') o el
alburno ('Alburnus alburnus') destacan por su elevada capacidad
reproductiva y de dominio del medio.
La investigación se centra en
la cuenca alta del Segura -de la zona de cabecera del río a su
confluencia con el río Mundo-, la cuenca media -desde dicha confluencia
hasta el azud de la Contraparada, próximo a Murcia- y la cuenca baja
-desde este punto hasta la desembocadura del río Segura en Guardamar.
De las 29 EEI detectadas -entre peces, galápagos, artrópodos, moluscos y nemátodos- los investigadores han constatado la «presencia frecuente» de una decena de EEI en la cuenca alta, once en la baja y hasta 16 en la cuenca media, donde también se observa un mayor porcentaje de especies alóctonas.
El
artículo se refiere también a la proliferación de nuevos parásitos con
la introducción de peces foráneos, como el gusano ancla, que provoca
lesiones e incluso la muerte a los ejemplares nativos afectados, o un
parásito originario de Japón que reduce significativamente la capacidad
natatoria de la anguila europea.
En cuanto a invertebrados, la investigación destaca la práctica colonización del Segura por el cangrejo rojo,
excepto algunos tramos de la cabecera del río, en la provincia de Jaén,
único reducto de toda la cuenca del cangrejo autóctono
('Autropotamobius pallipes').
La creciente presencia de la almeja
asiática, detectada en 2013 a la altura de Cieza y que se ha expandido a
la Vega Baja del Segura y a la huerta murciana, es la causante de
numerosos problemas en las conducciones de riego o la pérdida de calidad
de las aguas.
El estudio, liderado por el biólogo David Verdiell y
el fotógrafo y naturalista Javier Murcia, destaca la situación
especialmente grave en la laguna costera del Mar Menor, donde a los
vertidos agrícolas, la eutrofización y la urbanización masiva se une el incremento de invasoras, como el cangrejo azul, agresivo y súper depredador.
La eutrofización es la acumulación de residuos orgánicos en el litoral
marino o en un lago, laguna, embalse, etc., que causa la proliferación
de ciertas algas.
Los autores hacen hincapié en la prevención como
la principal herramienta para luchar contra las invasiones biológicas, a
través de la divulgación, la información, la educación ambiental y la
detección temprana, pues «una vez que éstas EEI se han propagado y
asentado en una zona, es muy compleja, costosa e, incluso, inviable su
erradicación».
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