‘Dime con quién andas y te diré quién eres’. Pues este refrán se le
puede aplicar a Pablo Casado por la selección de sus candidatos
estelares en los presentes comicios que son dos, 28-A y 26-M. Para los
que el líder del PP ha seleccionado a Adolfo Suárez Illana como su
número dos por Madrid, a Cayetana Alvárez de Toledo como la número uno
por Barcelona, y a Isabel Díaz Ayuso de candidata a la Presidencia de la
Comunidad de Madrid.
Semejante selección da una muestra del poco talento y ningún talante
del líder del PP. El que pretende ni más ni menos que ser el Presidente
del Gobierno de España. ¿Con esta tropa? Y, por cierto ¿Qué ha sido de
su desaparecido secretario general? Haber depurado, como ha hecho
Casado, a lo mejor del PP para fichar a estos artistas de medio pelo trasmite
una pobre imagen del liderazgo de Casado.
Y se ha lucido porque los tres, con él a la cabeza, se han metido en
varios charcos sobre el aborto, las pensiones, el salario mínimo y ahora
el delito de violación. Asunto en el que la camorrista Cayetana ha dado
una exhibición de sus malos modales y de confusión mental, peleándose
con casi todos los participantes en un debate ‘a seis’ televisado en
TVE1. En el que Cayetana quedó muy mal en sus discusiones con los
segundones de los partidos con representación parlamentaria, es decir
sin Vox.
A ese debate debió acudir en nombre del PP el secretario general
Teodoro García Egea, pero el presunto número dos de Casado ha sido
desplazado por Cayetana que es la que ahora manda en el PP. Al mismo
nivel o incluso por delante de Casado, como adjunta que es del garganta
profunda de este partido y su auténtico mentor: José María Aznar.
Lo de Cayetana -se veía venir- acabará mal en el PP. O ella misma
acabará con el PP y con Casado para sustituirlo, si en la noche del 28-A
el PP se da un batacazo monumental por el doble ascenso de PSOE y Vox.
Y también por el bronco discurso de ‘fin del mundo’ que está
exhibiendo Casado a diario a palos con Sánchez, y con pocas más
variantes que sus críticas sobre los pactos de líder socialista con
Arnaldo Otegui en el País Vasco y con Oriol Junqueras en Cataluña.
Pero mientras Casado toca el bombo y Rivera el obsesivo tamboril del
155, Sánchez se les escapa hacia arriba en todas las encuestas, lo que
suele ser inversamente proporcional al hundimiento de Podemos. El
partido de Pablo Iglesias, otro mono temático, que se agarra a las
cloacas de Villarejo como su última tabla de salvación.
Y al que los últimos sondeos presentan muy mal con un Podemos que
está por debajo de los 30 escaños y por detrás de Vox. El partido de
Santiago Abascal, convertido en ‘el convidado de piedra’ de todos los
debates, por causa de una demencial Junta Electoral Central (JEC) que se
entromete en las empresas privadas y hace caso omiso de la realidad
nacional.
En la que la famosa Cayetana, y su corte de predicadores mediáticos,
va de bronca en bronca como argumento electoral, convencida de que el
ruido y el disparate es su mejor arma electoral.
(*) Periodista
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