Se adivinan sonrisas de complicidad:
feminismo y Catalunya. Claro, los dos asuntos candentes hoy en España.
Que, además, son uno. No es infrecuente que los indepes catalanes
subrayen el carácter feminista y ecologista de su República. No solo los
de la CUP. Todas. En el debate de TVE, la parte española eran cuatro
mujeres y la que no se considera española o no del todo española, dos
hombres. Predominio de perspectiva de género que se ventiló por los
cauces habituales.
En
la cuestión catalana similar medianería o mediocridad. Dejando al
margen a los representantes de las naciones vasca y catalana, que
tampoco estuvieron muy tajantes, las cuatro españolas coinciden en que
no habrá independencia de Catalunya, tres de ellas, PSOE, PP y C's (de
Vox no se habla por ausencia, pero sería la cuarta) porque la impedirán
por la fuerza, mediando el 155 o lo que haga falta.
La otra fuerza
española, Podemos, confía en que no sea necesario llegar a ese extremo
si se apuesta por el diálogo. Es decir, la quinta voz unionista
disimulada. Nada que no se supiera en un debate soporífero. Nunca ha
estado tan claro que "el medio es el mensaje".
Mucho más interés tuvo otro debate organizado por VilaWeb entre las cuatro opciones soberanistas,
JxC, ERC, FR y los comuns independentistas, en el CCCB. Debatieron
Laura Borràs (JxC), Gerard Gómez del Moral (ERC), Albano-Dante Fachin
(FR) y el independentista de los comuns, Jaume Asens (En Comú
Podem). Todas ellas pensando en dos auditorios distintos pero urgentes:
el español de las elecciones del 28-A y el catalán por lo que pueda
venir.
Los
razonamientos explican las diferencias de tácticas en función de las
expectativas electorales y no se moverán hasta ver el resultado del
28-A. Entre tanto, ERC concentrará el fuego en un PSC que se supone
asciende en apoyo electoral, dejando de lado a JxC, cuyo panorama, según
sondeos, es doliente. JxC, a su vez, machacará a ERC con el tema de la
unidad, de la que se presenta como abanderada. Quizá lo sea ahora,
responden los otros, pero es ahora. Otros tenemos pedigrí.
Sin
duda. Una sola observación acerca de JxC, cuya lista por Gerona cierra
Palinuro. Hay quien la ve como una confusa amalgama de fuerzas creadas
sobre la marcha por Puigdemont para desvincularse de la antigua
Convergència al tiempo que recogía sus efectivos para la causa
independentista. Algo de eso hay. Se trata de crear un movimiento
independentista transversal, que abarque todas las clases sociales. De
ahí que la consigna de La Crida sea que unen personas, no partidos. Y
todo por la independencia y la República.
Los
que se enfrentan no son dos futuros, pues la independencia los une,
sino dos pasados, cuando uno la quería y el otro no, o sí
intermitentemente. Pero el pasado no puede condicionar el presente. JxC
es un aluvión de gente de muy distinta procedencia, incluso gente no
política, como Borràs o el propio Torra; una especie de confluencia de
una generación que ha convertido la independencia en la meta de sus
vidas. Una gente que recuerda al viejo Hillel el Sabio: Si no ahora, ¿cuándo?
De ahí le viene la fuerza para clamar por la unidad hasta la independencia. Es un movimiento que se configura al modo de un rassemblement a la francesa y que comienza con una Crida por
la República, un poco al modo del llamamiento de De Gaulle en 1940 y
que tiene su mejor garantía en su fundador. Por eso, la mejor baza
electoral de JxC es recordar que se trata de la "lista del presidente".
Será raro que, con este planteamiento de lista de país, tenga un
resultado tan menguado como le vaticinan las encuestas.
Precisamente esa figura del presidente es la que personaliza el primer reproche de JxC a ERC.
Puigdemont presidente haría visible la unidad. Pero, para ello, es
preciso demostrar que no representa partido alguno, sino al conjunto de
la ciudadanía y que no es presidente de un partido, sino de la
República. Hay quien dice que así es ya y quien sostiene que es una
argucia más de los sempiternos convergentes.
Esa
cuestión es la que se dirimirá el 28-A en relación con Catalunya y por
eso el debate de VilaWeb fue mucho más interesante que el de TVE.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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