¿Cual es el sentido de la vida? (Which is the sense of
life?) No he dejado de hacerme esta pregunta desde que vi la
película de los Monty Python “The sense of life”.
Al final, el filme respondía a la pregunta con una canción. La
conclusión de esta canción es muy pesimista porque se
queda en la superficie de las cosas:
“Me gustaría creer en Alá, en Abraxas y en Jesucristo
y obtener esa certeza envuelta para regalo
pero tal como van las cosas, con todo lo que hemos visto,
si ese Dios existe, o es muy débil o es muy malo.”
La cinta, que muestra el humor corrosivo de los Python, es una
serie de 'sketches' que pretenden, de modo satírico,
representar las diferentes etapas de la vida y llegar a la conclusión
sobre el sentido de la misma. El nacimiento, la educación, la
contingencia, la edad madura, la enfermedad y la muerte son temas que
son tratados de manera irreverente por los Python, en un tono de
comedia musical surrealista.
Los Monty Python habían prometido
que iban a ofender a todo el mundo y lo cumplieron, no dejando títere
con cabeza: políticos y patriotas, burgueses y obreros, católicos y
protestantes, creyentes y ateos.
GRANDES MAESTROS
Grandes maestros de la humanidad de todas las épocas y
civilizaciones han respondido con sabiduría a esta pregunta, y todos
ellos nos han dado pistas valiosas para encontrar el norte de
nuestra vida, pero al final depende de cada uno encontrar la
respuesta en su interior.
Conocí a alguien que se odiaba a sí mismo porque se había
pasado toda la vida haciendo lo que otras personas le aconsejaban que
debía hacer, porque eso era lo “políticamente correcto”,
en lugar de hacer lo que realmente sentía. Todos nos hemos
traicionado alguna vez, y eso nos ha hecho sufrir y
despreciarnos.
Un ejemplo de ello fue el filósofo nihilista rumano Emil Ciorán
que, cuando se miraba al espejo, se daba asco de sí mismo al
ver el bichejo que tenía delante.
Por su parte Viktor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra
austríaco, fundador de la Logoterapia tras sobrevivir
en varios campos de concentración nazis y escribió el libro “El
hombre en busca de sentido” donde describe la vida del
prisionero de un campo de concentración. A su juicio, incluso
en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento,
el ser humano puede encontrar una razón para vivir,
basada en su dimensión espiritual.
Un famoso maestro espiritual hindú llamado Sadhguru dice que la
vida no tiene ningún sentido y que buscarlo nos lleva a la locura o
al engreimiento. A su juicio, el sentido de la vida es la
propia vida en sí misma, vivirla sin más pretensiones y aprender de
todas las experiencias.
Lafayette Ronald Hubbard dijo que la vida es básicamente
un estático que no tiene materia, energía, espacio, tiempo, ni
longitud de onda. Carece de todo ello porque es la nada,
no como ausencia de algo, sino como Ser no manifestado. Esta
'nada' tiene el poder de hacerlo todo cuando se manifiesta.
Los budistas dicen que nuestra naturaleza es la vacuidad o
'shuniata', es decir, algo parecido. Shuniata significa que no
hay nada que posea una esencia individual y por tanto que todo está
vacío, sin una realidad independiente. Todo lo que existe está
relacionado y es interdependiente, y la aparente pluralidad de
individualidades es un carácter ilusorio de nuestra existencia.
Por su parte la tradición hindú enseña que “yo soy
Sat-Chit-Ananda” es decir, existencia, conocimiento y
bienaventuranza absolutos.
TRADICIÓN SUFI
El poeta y místico sufí del siglo X, Hussein Ben Mansour
(858-922), conocido como Al Hallaj murió apedreado
por decir que “yo soy la Verdad”, pero murió
bendiciendo a sus verdugos porque ellos también eran Dios.
Tiene poemas bellísimos. Cito unos cuantos:
“Yo he visto a mi Señor por el ojo del Corazón.
Yo dije: ¿Quién eres Tú?
Él me respondió: Tú.”
“Soy Aquel a quien amo;
y Aquel a quien amo Soy yo.
Cuando me ves, ves a Aquel;
y, cuando ves a Aquel, nos ves a nosotros.”
“Te ocultabas a las miradas de mis ojos,
mi consciencia Te ha percibido
en el fondo de mi corazón.”
Los que satanizan a los musulmanes es porque no conocen la
tradición sufi. Yo no soy musulmán, pero admiro mucho a sus
maravillosos maestros sufis.
MI OPINIÓN PERSONAL
Vivimos la mentira para obligarnos a buscar la verdad. Es como si
nos metieran una avispa en los calzones para que
espabilemos. Todos hemos pasado alguna vez por
momentos de desesperación y amargura en los que todo carecía de
sentido (hasta el propio Jesús se sintió abandonado en la cruz).
La respuesta no es el suicidio, sino pedir ayuda interna y
externa. Siempre funciona.
A mi juicio, el sentido de la vida es descubrirse a uno mismo.
A veces puede ser traumático, porque lo que se descubre no
tiene nada que ver con lo que nos han enseñado, pero el final es
feliz, porque no hay nada peor que la ignorancia.
Parece ser que el tesoro más oculto, la verdad más codiciada que
activa todo el potencial humano es que “yo soy Dios”, que
todos somos Dios manifestándose en forma de seres humanos.
Dicho en terminos científicos modernos, cada Ser es una parte
fractal de Dios. Un fractal es como un microcosmos que representa
a un macrocosmos.
Parece ser que algunos masones e illuminati utilizan el poder de
este conocimiento para hacerse millonarios, en lugar de para ayudar a
la gente, porque como dice Rubén Cedeño “no hay
mayor provisión económica en el universo que el conocimiento de yo
soy Dios”.
Pagarán su karma, porque todo poder conlleva una
gran responsabilidad, y todo conocimiento conlleva una obligación de
solidaridad con nuestros hermanos.
Cuando le preguntaron a Jesús con insolencia “¿Quién
eres tú?” respondió con elegancia “Yo Soy Luz y vengo de
la Luz, allá donde se originó la Luz”. Me gusta tanto esta
respuesta que la repito todos los días a modo de decreto.
Por lo tanto mi conclusión es ésta:
“Yo soy el reino, yo soy el poder, yo soy la gloria de Dios en
eterna e inmortal manifestación. Todo esto yo soy.”
Esta conclusión dignifica a todo ser humano.
(*) Periodista
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