VALENCIA.- Uno de los grandes movimientos del sumario del caso Erial para vincular a Eduardo Zaplana
con la presunta trama de corrupción se da con la venta de un piso en la
calle Núñez de Balboa de Madrid, escriturado a nombre de la empresa
Costera del Glorio, según adelanta hoy Las Provincias.
Esta sociedad forma parte de la supuesta red de
blanqueo de las mordidas pagadas en Luxemburgo por la familia Cotino. El
piso, que en su día se pudo comprar con parte del dinero retornado por
Zaplana, se vendió por 1.235.000 euros.
Una operación
que, según las conversaciones telefónicas contenidas en el sumario,
corre prisa, llega a ser un problema y donde gente muy cercana al
entorno del expresidente de la Generalitat tiene un papel principal.
La investigación policial apunta que Zaplana pudo ser el verdadero propietario de la vivienda.
Los protagonistas utilizan en todo momento un lenguaje casi en clave
para evitar referirse directamente al dueño del inmueble.
El piso se
compró en 2010 por la empresa Costera del Glorio, de la que Joaquín
Barceló, amigo de Zaplana y uno de sus presuntos testaferros, es
administrador. La adquisición se cerró por 1,5 millones de euros.
La compra se realizó después de varias operaciones económicas entre la
sociedad vinculada a la trama de blanqueo y Urbanizadora Somosaguas.
A principios de 2018, se dieron varias conversaciones entre gente muy
cercana a Zaplana para negociar la venta del inmueble. En esas llamadas
telefónicas intervinieron Joaquín Barceló, Francisco Grau, Mitsouko Henríquez y el propio expresidente de la Generalitat, que en varias de las comunicaciones interceptadas mostró su preocupación por cómo se desarrollaba la operación.
El
5 de febrero de 2018 se produjo una llamada entre Joaquín Barceló y
Mitsouko Henríquez para acelerar la venta del piso. Dos días después,
una nueva llamada entre Francisco Grau, considerado como el ingeniero de
la trama, y Mitsouko termina con la intervención del exministro, que se
interesa por el estado de la venta del piso aunque, como señala la
investigación, evita referirse a ello de manera directa: «La única
preocupación que tengo ahí. Ahí tengo dos preocupaciones, ¿eh?, una es
resolver con esta señora ¿eh?, un papelito que diga pues adiós y ya está
¿eh? y otra... ¡Que pienses por favor! Y yo voy a verte cuando puedas».
La venta del piso, que presuntamente se compró con dinero procedente de
las mordidas, se iba a hacer pronto, según las llamadas grabadas.
Francisco Grau, tras la conversación con Zaplana, prepara el «papelito»
que podría ser «un finiquito» para el traspaso definitivo del piso.
El 15 de febrero, Joaquín Barceló cerró la venta por
1.235.000 euros más IVA y el comprador debería abonar 60.000 euros más
que no figurarían en la escritura. Barceló y la secretaria de
Zaplana mantuvieron varias conversaciones sobre el vaciado, el estado
del piso y qué hacer con los muebles.
En todo momento se refieren al
exministro, según la investigación, como «él». En los días sucesivos,
con Zaplana en Madrid, hay varias reuniones entre el exministro y
Barceló. Incluso alguna en el piso de Núñez de Balboa, donde accedieron
con las llaves propias de Zaplana.
La venta del piso es un alivio para Barceló y su esposa, Felisa, que
en alguna conversación se muestra muy nerviosa por si la vivienda de
Núñez de Balboa no se vende: «¿Cómo que no? No me asustes ¡joder!... con todo lo que tenemos ahí metido tío».
El 1 de marzo de 2018, Barceló y su mujer mantienen otra conversación,
aliviados por la venta: «Todo ha salido fenomenal, ya se ha acabado esa
etapa, un problema menos».
El testaferro y Mitsouko aclaran después qué
se va a hacer con los muebles del piso de Núñez de Balboa: «Como esto es
para montar el otro piso de Cartagena. Es que... vamos a ver. Si él no
tuviera que amueblar lo otro... lo vendíamos al precio que fuera, por lo
que comentamos tú y yo el otro día... pero como se va a montar, es que
es absurdo».
Zaplana, como destaca la investigación, es nacido en
Cartagena. Los enseres son regogidos por una empresa de mudanzas que
tiene que trasladarlos posteriormente a Murcia.
Durante
los días que estuvo en marcha la mudanza, la secretaria de Zaplana
acudió en repetidas ocasiones al inmueble y al chófer del exministro se
le pudo ver salir en un vehículo del garaje de Núñez de Balboa y
dirigirse al de la calle Zurbarán, domicilio de Zaplana. Una vez
comenzaron los trámites bancarios para vender el piso, Barceló mantuvo informado en todo momento al expresidente de la Generalitat.
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