VALENCIA.- Las dos últimas pruebas a las que se ha sometido el ex presidente de la
Generalitat y ex ministro de Trabajo confirman que sufre la Enfermedad Injerto Contra Huésped
(EICH) pero, en concreto, que se halla localizada en el intestino. Una
contrariedad que provoca otras complicaciones en el estado de Eduardo Zaplana que presenta un cuadro de «considerable gravedad», según detalló el jefe de Servicio de Hematología de La Fe, Guillermo Sanz, que sigue su tratamiento desde que fue trasplantado de médula ósea hace tres años, según recoge El Mundo.
Se trata de dos biopsias cuyos resultados acaban de conocerse y que
demuestran la presencia de la complicación EICH que es potencialmente
mortal. Un problema que puede ocurrir después de un trasplante de médula
y que, en este caso, ha disminuido el sistema inmunológico del paciente
porque se ha producido un ataque por parte de los linfocitos del donante a células del receptor. Una situación que sería el equivalente al rechazo del órgano trasplantado en un trasplante de corazón, hígado o riñón.
Una circunstancia que según el especialista que trata a Zaplana ha dejado a su paciente «con la inmunidad a cero»
y con un alto riesgo de que cualquier infección «como una gripe» pueda
convertirse en un grave problema «si no se mantiene el tratamiento de
forma correcta».
Sanz también alertó de que la Enfermedad Injerto
Contra Huésped (EICH) intestinal que se ha detectado en las dos últimas
biopsias practicadas a su paciente afecta especialmente «a su piel, a su boca y a su sistema intestinal»
y incidió en que cuando la EICH «no responde al tratamiento de primera
línea, consistente en prednisona, las expectativas de supervivencia del
paciente trasplantado se reducen drásticamente».
Durante su
estancia en el hospital, el hematólogo y su equipo han programado más
tres tipos de pruebas a Eduardo Zaplana con el fin de «obtener
microorganismos y de anatomía patológica para conocer mejor el grado de
gravedad de la EICH que presenta a ese nivel y que podría ser
responsable de su adelgazamiento progresivo por mala absorción intestinal».
El
día 12 de diciembre el médico solicitó el ingreso del paciente por el
«muy acusado deterioro orgánico, físico y psicológico que presenta a
consecuencia de su enfermedad y de las circunstancias que le rodean
actualmente, ponen al paciente en grave riesgo vital».
En el escrito, el
médico recordó que el ingreso hospitalario es actualmente necesario e imprescindible para tratar de salvar su vida».
La juez instructora concedió el ingreso a mediados de diciembre, pero
ahora debe volver a decidir si lo mantiene en La Fe o lo devuelve a la
prisión de Picassent.
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