MADRID.- Hasta 50.000 militares tendrán que abandonar las Fuerzas Armadas hasta el año 2036 por cumplir 45 años,
edad límite que marca la ley de la carrera militar para poder continuar
como soldado de tropa y marinería si no se asciende o se logra la
condición de permanente.
La salida de las Fuerzas Armadas a los 45 años es uno de los asuntos prioritarios en las agendas de las asociaciones profesionales de militares,
que piden medidas para facilitar su reinserción en la vida laboral
civil o incluso la suspensión de esta medida. Y también es objeto de
debate frecuente en las Cortes Generales.
En una respuesta parlamentaria al diputado de Unidos Podemos Juan
Antonio Delgado, el Gobierno ofrece detallados datos sobre el número de
militares que se verán afectados por esta prebenda durante los próximos
años. En concreto, desde 2019 hasta 2036 habrá un total de 50.048 militares que verán rescindido su compromiso laboral con las Fuerzas Armadas.
Las salidas a los 45 años fueron legisladas en el año 2006 como
solución a la profesionalización de los Ejércitos. Desde entonces el número de militares que iban alcanzando esta edad ha sido escaso, pero durante los próximos años se irá incrementando exponencialmente.
Los datos del Ministerio de Defensa rebelan que solo tres militares salieron de las Fuerzas Armadas en 2006 por esta medida, cinco el año siguiente o solo uno en 2008.
Pero este número ha ido aumentando poco a poco hasta 2018, dando como
resultado que un total 1.125 soldados han dejado ya la carrera militar
para incorporarse a la vida civil.
La polémica tiene la vista puesta sobre todo en los próximos años, ya que cada vez son más los efectivos que irán alcanzando los 45 años.
Solo en 2019 ya serán casi un millar los militares que tendrán que
salir de las Fuerzas Armadas, aumentando progresivamente hasta superar los 4.000 en 2027. Así durante las próximas dos décadas hasta sumar más de 50.000 hasta 2036.
La ley de tropa y marinería estipula que, aquellos que lo deseen, podrán solicitar la condición de Reservista de Especial Disponibilidad (RED), cobrando una asignación de 7.200 euros anuales que son compatibles con un sueldo procedente del sector privado.
El reservista de especial disponibilidad no tiene la condición de militar,
pero se encuentra dispuesto a incorporarse a las Fuerzas Armadas
cuando, en situaciones de crisis, lo autorice el Consejo de Ministros
con carácter excepcional.
La ley también contempla una serie de medidas para facilitar la inserción en el mercado laboral civil de los militares
que salgan de las Fuerzas Armadas, como cursos de formación durante su
carrera o convenios con empresas, ayuntamientos y policías locales.
Sin embargo, las asociaciones denuncian que estas iniciativas no están funcionando y los militares se quedan sin trabajo a una edad con elevados niveles de desempleo después de años dedicados a servir a las Fuerzas Armadas, en lo que incluso han llamado un “ERE encubierto”.
De hecho, el asunto fue objeto de debate en el Congreso de los Diputados durante más de un año y medio en una subcomisión creada ex profeso. El órgano terminó sin consenso entre los grupos parlamentarios, aunque PP y PSOE acordaron un texto que reconoce “disfunciones” en la aplicación de la ley y propone reforzar las medidas para mejorar la situación de los militares de tropa y marinería.
En la oposición, el PSOE había llegado incluso a apoyar en el Parlamento la suspensión de las salidas del Ejército,
pero al llegar al Gobierno ha reconocido la imposibilidad de esta
medida por el coste económico que supondría, además del envejecimiento
que conllevaría para la escala de tropa y marinería.
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