sábado, 29 de diciembre de 2018

La profecía de Toscano / Enric Juliana *

Pedro Sánchez ganó las primarias del Partido Socialista hablando el lenguaje de Podemos. Susana Díaz las perdió con una foto altanera que reunía a casi todos los notables del partido, con la significativa excepción de Joaquín Almunia. 

Era una votación abierta a todos los militantes y en casa de los afiliados del PSOE había muchas broncas entre padres e hijos a propósito de Podemos. Los mayores se reivindicaron ante sus hijos votando contra los de “arriba”, especialmente en las federaciones con menor dependencia de los cargos públicos.

El destronado venció con muy pocos medios materiales, bajo la guía espiritual de Francisco Toscano, veterano alcalde socialista de Dos Hermanas (Sevilla), el apoyo organizativo del comando Santos y Salazar (Francisco Salazar, concejal de Dos Hermanas, y Santos Cerdán, secretario de organización de los socialistas navarros) y la maestría en el manejo de las redes sociales del alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez Salas. 

Desmintió a casi toda la prensa de Madrid y alteró las previsiones de buena parte del poder económico español. El éxito de Sánchez en las primarias socialistas conectó con lo que los alemanes llaman el “espíritu del tiempo” ( Zeitgeist). En la actual fase de desesperanza de las sociedades europeas obtiene una prima más o menos estable todo aquello que molesta visiblemente a los de “arriba”.

Toscano, alcalde de Dos Hermanas desde hace más de treinta años, amigo personal de Felipe González, personaje con vuelo propio, gato viejo, consideraba que Susana Díaz y sus aduladores eran un peligro para la supervivencia del PSOE en una España con tantos jóvenes con motivos muy fundados para ir a la contra.

La estampa oficialista que Sánchez derrotó en las primarias socialistas ha sido arrollada por un 42% de abstención en las elecciones andaluzas de diciembre. El susanismo padecía una severa aluminosis y se equivocó convocando unas elecciones a destiempo en las que muchos electores enrabietados con el oficialismo andaluz, inflamados por la cuestión de Catalunya y muy enfadados con la política en general (véanse los últimos barómetros del CIS) optaron por darle una patada al tablero en vez de quedarse en casa. Cosas que pasan en Europa.

La profecía de Toscano se ha cumplido y se cierne ahora sobre la cabeza de Sánchez. En mayo del 2017, resucitó. En mayo del 2018, cuando Podemos volvía a pisarle los talones, dio jaque a Mariano Rajoy y se colocó “arriba” con un programa de cambio. En mayo del 2019 puede perder si no consigue llevar a las urnas a la España ahora desconcertada ante la rompedora metodología trumpista que se está ensayando en Andalucía.


(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia


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