El diario El País ha publicado, en su página 26 y fuera de
su sección de Opinión, un artículo secretario general de Podemos, Pablo
Iglesias, bajo el titulo de: ‘¿Para que sirve hoy una Monarquía?’. El
escrito revela la nueva deriva republicana de Podemos ante el deterioro
electoral de su formación política a la que las encuestas le otorgan una
pérdida notable de intención votos de 4 ó 5 puntos con respecto a los
comicios generales de 2016.
Lo que no impide reconocer que tanto Iglesias como Podemos siempre
han defendido la República como su ideal político para España, aunque en
los últimos tres años y en sus grandes manifestaciones (en la Puerta
del Sol en enero de 2015) y Asambleas de Vistalegre 1 y 2 lo han
escondido.
El argumento de Iglesias para abrir el debate de la República se basa
en imputar al rey Felipe VI, con falsedad, que La Corona ya no
garantiza la unidad de España en Cataluña y País Vasco.
Y centra
Iglesias su ataque a la Monarquía en el discurso de Felipe VI de 3 de
octubre de 2017 donde el Monarca defendió el orden constitucional frente
a la ruptura de la legalidad y la violación flagrante del Estatuto y la
Constitución que impulsaron la Generalitat y el Parlament con los
apoyos de ERC, PDeCAT y la CUP .
Ese discurso de Felipe VI no solo fue un importante alegato en
defensa de la unidad de España y de la Constitución, sino la obligación
del Jefe del Estado frente a los graves y delictivos acontecimientos,
exigiendo al Gobierno de España, ante la débil actuación de Rajoy, la
recuperación del orden constitucional lo que, lamentablemente, aún está
por consolidar.
De manera que la actuación del rey Felipe VI, como la de su padre
Juan Carlos I frente al golpe de Estado del 23-F, fue impecable y
democrática en contra de lo que afirman Iglesias y Podemos. Los que,
tras inhibirse en los inicios golpistas, finalmente se han sumado al
golpe catalán negando la evidente violación de la Ley, el Estatuto y la
Constitución, y situándose del lado de los responsables del golpe a los
que tildan de ‘presos políticos y exiliados’, faltando a la verdad y
negando la legalidad.
De ahí el apoyo de Podemos a la reprobación del Rey en el Parlament y
el Ayuntamiento de Barcelona y, en vísperas de los ya cercanos procesos
electorales, la nueva proclama republicana de Iglesias como banderín de
unas campañas electorales donde pretenden marcar en la izquierda
ciertas distancias con el PSOE. Partido que les quita a Podemos muchos
votos a nivel nacional amparado en los gestos progresistas del Gobierno
del PSOE.
Pero el alegato republicano de Iglesias lejos de apoyar la unidad de
España como pregona pretende precisamente lo contrario como se aprecia
en las últimas líneas de su artículo donde escribe: ‘Una nueva república
será la mejor garantía para una España unidad sobre la base del respeto y la libre decisión de sus pueblos y sus gentes’.
Es decir una República que favorezca el derecho de autodeterminación
de todas las Autonomías (empezando por Cataluña y País Vasco) y también
de las provincias, ciudades y pueblos de España (Tabarnia ahí incluida)
lo que conduciría a la centrifugación del Estado y la destrucción de
España.
Por supuesto Iglesias en su escrito republicano no reproduce, aunque
publicadas están, las que han sido sus posiciones anti democráticas en
contra de la separación de los Poderes del Estado, las libertades o la
independencia de la Justicia y los medios de comunicación porque él está
en línea con el ‘centralismo democrático’ de regímenes comunistas, o
los populistas y bolivarianos como el de Venezuela. Ni tampoco menciona
su frontal animadversión a la Unión Europea a la que España pertenece.
A sabiendas Iglesias, como debería desde su condición de profesor en
la materia, que esa separación de Poderes Ejecutivo, Judicial y
Legislativo, y la libertad de Prensa, son las bases indiscutibles de
toda República y no la autodeterminación de una o varias partes del
territorio nacional, lo que no existe fuera de la ley y la Constitución,
en los sistemas democráticos de todo el mundo.
La pregunta que surge tras la lectura del artículo de Iglesias, en el
que si hace un buen relato de la Transición, no es la de ‘¿Para qué
sirve hoy la Monarquía?’, sino ‘¿Para qué sirve hoy y hacia dónde camina
Podemos?’
Y ellos dirán que para impulsar políticas sociales, lo que es
cierto pero en el ámbito democrático, institucional y territorial y de
las libertades no aportan nada bueno ni positivo para España y Europa, y
de ahí su techo electoral.
(*) Periodista
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