Esta
pregunta me la he hecho a mi mismo varias veces y no he sido capaz
de encontrar una respuesta satisfactoria, porque ganas no me
faltan, ya que simpatizo con su causa justa, pero voy a tratar de
encontrar explicaciones.
En primer lugar cada ser humano ha nacido con una misión única
y diferente en este mundo, y todas son importantes,
siempre y cuando no nos traicionemos a nosotros mismos y nos
desviemos de nuestro destino positivo, y parece que ese no es mi
papel en este momento.
En segundo lugar, toda mi vida he mantenido una posición de
independencia y nunca he sido seguidor de nada ni de nadie, ni de
gurus, swamis, lamas, ni líderes políticos o mediáticos, sino
únicamente de mi propio Creador, porque pienso que Yo Soy Dios, no
una parte de Dios, sino Dios mismo, no una fracción de Dios, sino un
fractal autónomo de Dios, igual que todos los seres humanos con
Alma. Un fractal es una copia idéntica al original, pero de tamaño
más pequeño. Por lo tanto yo mismo soy el mesías que he estado
esperando y todas mis respuestas están en mi interior.
No le quito ningún mérito al señor Canosa y sé que tiene una
misión trascendental que cumplir con la revelación de enigmas y
misterios para liberar a España y a la humanidad, y que tiene unos
obstáculos formidables que vencer para alcanzar su misión, pero
también estoy seguro que lo logrará con la ayuda de Dios y de una
legión de ángeles que tiene a su servicio. Por lo tanto toda mi
simpatía y cariño para él, para Virtu Pontes y para Santi Prado.
De todos modos aunque yo quisiera ser guerrillero de Alberto Canosa
tampoco podría, porque tengo una salud delicada, una próstata
molesta, una madre de 89 años discapacitada que atender todos los
días, y tres colonias de gatos callejeros que alimentar todos los
días, porque yo amo tiernamente a todos los animales, igual
que a las personas, y trato de seguir una dieta vegetariana por
ética.
O sea que no puedo viajar aunque quisiera, que mi
tiempo libre es limitado y que vivo en el campo como un ermitaño por
voluntad propia para estar más conectado con la Fuente Original de
la Creación Universal, que es lo único realmente importante.
Yo no concibo una sociedad futura ascendida en la que existan
mataderos, ni cazadores, nin ningún tipo de maltrato animal por muy
tradicional que sea. Los animales también son personas y
tienen el mismo derecho a vivir que nosotros, porque todos somos
hijos del mismo Creador. Me subleva y me echo a llorar cuando
humillan y asesinan a los animales. San Francisco de Asís dejó
el mensaje muy claro pero la humanidad no ha
aprendido.
Tampoco me veo repartiendo folletos en las calles de mi ciudad donde
soy demasiado conocido por haber tenido una vida laboral de treinta
años como periodista, y también demasiado estigmatizado por ser
diferente de los demás, y haberme dedicado al
Periodismo de Misterio antes de que hubiera nacido Iker Jiménez.
Sí me veo haciendo lo que hago ahora mismo, es decir, escribiendo
artículos y difundiendo estos temas por la red para ayudar a
despertar a la humanidad sin ofender a nadie,y aprovechando la
libertad que nos da Internet para compartir mis ideas con mis
lectores. Al estar jubilado, puedo permitirme el lujo de trabajar por
amor al arte, aunque no me vendría mal un trabajillo para
complementar mi pensión que es modesta.
También es verdad que uno puede estar de acuerdo en casi todo con un
líder de opinión, pero no en todo. Por ejemplo, yo no estoy de
acuerdo en que no existe un Alma inmortal, como dice Alberto Canosa,
porque esto es materialismo puro, y también estoy seguro de que
el Alma va reencarnando en distintos cuerpos hasta lograr la
perfección y la liberación del ciclo de reencarnaciones. Y no hablo
desde las creencias de ninguna religión sino desde mi propia
experiencia y conocimientos.
Tampoco tengo necesidad de hacer méritos para labrarme un
porvenir con Alberto Canosa porque estoy en la tercera etapa de
mi vida con el sustento resuelto, pero respeto y admiro totalmente a
los jóvenes que luchan por esta causa jugándose el pellejo.
Puede que yo sea un cobarde pero nunca he tenido vocación de
mártir, ni de héroe, ni de jugarme la vida por una causa,
aunque ya me la he jugado bastante a la fuerza muchas veces con el ejercicio del
Periodismo, que es una profesión de riesgo, porque es muy difícil
escribir sin tocarle las narices al cacique de turno.
Yo hago lo que
puedo por cambiar este mundo que no me gusta, al poner mis
habilidades profesionales al servicio desinteresado de la humanidad,
como hacen otros muchos trabajadores de la Luz, y tengo la conciencia
limpia de estar cumpliendo con mi misión. Deseo paz, bien y amor
para todos mis lectores.
(*) Periodista
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