El Partido Popular está roto en dos mitades irreconciliables y no
tiene más salida que el joven e innovador liderazgo de Pablo Casado.
Todo lo demás es Rajoy disfrazado de Soraya Sánez de Santamaría, que fue
su brazo derecho y la autora del desastre de España en Cataluña.
Amén de una intrigante profesional que ha fichado al caradura de
Javier Arenas para dar un golpe de mano en Andalucía con ayuda de Juanma
Moreno, un perdedor nato en las elecciones del Sur y al que Casado
deberá de borrar del mapa del PP si llega a Presidente.
Y nadie va a votar a Soraya para echar a Pedro Sánchez porque eso es
como volver a votar a Rajoy y esa página está pasada. De manera que o
gana Casado el Congreso del partido y los discursos de unidad durarán
solo unas horas. Y a las pocas semanas habrá fugas en desbandada hacia
Cs, empezando por Andalucía, y otros se irán a Vox.
O puede que ese más del 60% de la militancia que no votó a Soraya y
que ella quiere burlar a través de los ‘compromisarios’ esperará a ver
un gesto o una iniciativa de José María Aznar para refundar otro PP o un
nuevo partido político.
Porque el flanco conservador de España está abandonado (lo de Vox no
acaba de arrancar) y Aznar ya dijo que volvería a la política si la
unidad de España y el PP están en peligro y hoy se dan ambas
circunstancias.
Además, el giro creciente a la derecha que se registra en Europa
donde Merkel se ha convertido en rehén de los conservadores bávaros de
la CSU no para de crecer en Polonia, Austria, Hungría e Italia y tiene
muy poderosos apoyos en Francia y Holanda.
Y si el presidente Trump y ganara en USA las elecciones legislativas
de noviembre el ‘aznarismo’ volverá en España y contará con el apoyo de
la presidencia de los EEUU y eso no será un asunto banal.
Soraya, a la que muchos en el PP llaman ‘la pequeña asesina’ ya se ha
cobrado la cabeza de Cospedal, pero si gana en el Congreso del PP ella,
que carece de ideología y de proyecto político, acabará con el Partido
Popular.
(*) Periodista
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