¿Quién podría fiarse de los Gobiernos en
estos tiempos de alta volatilidad política? No seremos usted o yo.
Confianza en las promesas, la mínima o ninguna. De modo que si los
murcianos hemos conseguido, básicamente por la lucha incesante de los
vecinos de la zona sur del municipio capitalino, que el Ave llegue a
Murcia soterrado, sería ingenuo aceptar que lo hiciera inicialmente en
superficie en el supuesto de que, años más tarde, entrará en las
condiciones acordadas.
En política, toda provisionalidad es eterna. La
desconfianza ciudadana es una virtud, sobre todo en este caso, en que se
acumulan los incumplimientos a lo largo de décadas. ¿El AVE está a las
puertas? Pues bien, que espere a que pueda acceder a través del túnel
subterráneo previsto. Unos pocos años más sin AVE en la estación del
Carmen no va a suponer ninguna rémora para el desarrollo de una Región
cuyos Gobiernos han sido incapaces de gestionar adecuadamente las
infraestructuras anunciadas, todas ellas con la etiqueta que reza
´pendiente´.
Los
empresarios se impacientan. Quieren el AVE ya, de cualquier modo. Y
amagan gestos dramáticos, como si el mundo se hundiera si ese tren no
llegara en superficie. Actúan, los de CROEM, como un lobby separado de
la sociedad real, atentos a sus propios intereses, sin considerar
cualquier otra complejidad. Se han equivocado tantas veces que no los
importa hacerlo una vez más. No están en la vanguardia, sino en la
ansiedad. En el pan para hoy y el hambre para mañana, como siempre.
Debieran emplear la potencia de su representatividad para plantarse ante
las Administraciones exigiendo las reivindicaciones máximas. En este
caso, el soterramiento del AVE, sin soluciones provisionales y quién
sabe si, como tales, permanentes al cabo.
La
nueva Administración del PSOE lo ha visto claro desde el principio. Se
ha puesto de parte de la gente antes que de los estamentos, a sabiendas
de que el PP, como ya se ve, no tardaría en descargar sus propias
frustraciones sobre los recién llegados. Pero la Región de Murcia debe
aspirar a la máxima excelencia, y en lo que se refiere al AVE no hay más
proyecto aceptable que el soterramiento. En cualquier caso, los
políticos del PP y sus corifeos de CROEM ya debieran estar advertidos de
que el despotismo ilustrado es una fórmula sin futuro. Mejor atender a
lo que pide la gente, sobre todo cuando es razonable, indiscutible y, en
el fondo, compartido.
La
única garantía de que el AVE llegue a Murcia soterrado es que llegue
soterrado. Si llegara en superficie ¿quién estaría ahí después para
cumplir la promesa del soterramiento? Los ciudadanos tienen la
obligación de mostrase desconfiados. La pena es que la CROEM esté
decidida a conformarse. Debe ser la fuerza de la costumbre.
(*) Columnista
/www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/06/21/soterrado-favor/932340.html#cxrecs_s
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