¿No queríais la propuesta de Puigdemont?
No haberlo vetado en un primer momento y no haber vetado a los dos
substitutos que se ofrecieron en su día, Sánchez y Turull. Ahora ya solo
queda una posibilidad: si no se quiere a Puigdemont habrá que sacar de
la cárcel a Sánchez. Inter nos: no es de recibo que un juez decida quién
puede y no puede ser presidente de la Generalitat por razones
estrictamente políticas pues jurídicas, bien se ve, no tiene.
¿Que
la propuesta de Puigdemont, en realidad, equivale a convocar
elecciones? Tampoco es cosa tan grave pero, además, no tiene por qué.
Bastaría con suspender toda la actividad represiva del Estado en
Cataluña, la liberación de los presos (que ya molestan hasta a Zapatero), la
vuelta de los exiliados, el cese de las confiscaciones y la formación
de un govern presidido por Puigdemont para empezar a negociar.
Ese
objetivo es el lógico, el que respeta el resultado de las elecciones
del 21 de diciembre pasado (que va siendo hora) y el que apoyan las tres
fuerzas independentistas, JxC, ERC y la CUP.
El
B155 se niega en redondo a admitir esta única razonable posibilidad.
Pretexta que no le corresponde a él, pues es cosa de los tribunales, la
justicia, la ley. Lo cual es una falacia porque desde el principio quedó
claro que la judicialización del procés fue una decisión política y política ha
de ser la decisión que lo "desjudicialice".
Y sigue siéndolo al día de
hoy porque aceptar el resultado de unas elecciones legales es la única
decisión racional posible. Cualquier otra cosa será, y es, romper las
reglas del juego y dar paso a la tiranía. El problema es que esta no es
una solución ya de raíz.
Así
que es eso, Puigdemont o elecciones. La alternativa, que se ventila en
los cenáculos indepes, es si aspirar a la claridad completa con una
probabilidad alta de quedarnos en la penumbra o una certidumbre de
quedarnos en la penumbra. En estas circunstancias se la juegan las
gentes y se la juegan los pueblos. La cuestión en concreto es: tras el
resultado de las elecciones del 21 de diciembre, ¿cuál sería el de otras
próximas si, en lugar de ir con listas separadas, el independentismo
presenta una lista de país?
Entre
otras cosas, ese resultado permitiría calibrar claramente cuánto haya
aumentado el independentismo su base; porque fiarlo a una
bienintencionada ampliación como consecuencia de que el independentismo
se presente como menos independentista implica retornar a la confusión
ya superada.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario