El ninguneo a los ancianos manifestándose por sus pensiones ha sido
prepotente y de mal gusto. Seguro que si me subo al autobús Rajoy no me cede su asiento.
El poder ya se le ha subido a la cabeza y parece que le
importa un bledo lo que deseen o piensen las gentes de más de 65 años
en España, a los cuales en mi época se nos educaba para tenerles
respeto.
Su negativa o veto a debatir lo que piden le ha puesto en una odiosa
postura de “sostenella y no enmendalla” tan común en los héroes del
Romancero. Allá él. Perderá miles de votos y por fin será descabalgado
de su interminable Presidencia.
A estas alturas ya empieza a darnos igual quién le suceda, parece que
lo bueno para el país será que él se vaya a casa a montar en bicicleta.
¿Quién se llevará los votos de los pensionistas? En fin, yo creo que en
Galicia no existía la hibris.
(*) Doctor en Economía
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