Lo que está en juego no es la subida de las pensiones de este año, es la supervivencia de unas pensiones dignas para los actuales y los futuros jubilados. No se trata de subir las pensiones este año en un 1% o un 5%, se trata de que haya dinero suficiente para garantizar durante años la supervivencia digna de unas personas que durante su vida laboral han venido cotizando a la seguridad social precisamente para tener una vejez tranquila.
No se puede decir que los jubilados cobran demasiado, ni se los puede estar acusando veladamente de que cobran más que los jóvenes. Y mucho menos estas palabas pueden salir de unos señores que están disfrutando sin mérito alguno de unas pensiones privilegiadas y bien atadas.
De acuerdo que en España ha aumentado enormemente el número de jubilados debido a las mayores expectativas de vida. De acuerdo que, por un lado, no se ha permitido prolongar libremente la vida laboral y, por otro, se han fomentado alegremente la prejubilaciones. De acuerdo también que no aumenta mucho el número de cotizantes a la seguridad social, porque los jóvenes tienen que buscarse trabajo en el extranjero o porque sus bajos salarios apenas cotizan.
Pero ¿dónde está la causa principal de todos estos males para poder buscar la solución? El médico, antes de prescribir un medicamento, examina detenidamente al enfermopara cerciorarse de la enfermedad de éste. Nuestros políticos, cada uno propone una soluciónporque no se paran a examinar al enfermo –la sociedad- o no les interesa saber dónde está elorigen de la enfermedad.
Si los jóvenes no encuentran trabajo, o si sus sueldos son unos sueldos precarios, no es culpa de los jubilados. Mientras los actuales jubilados estaban llevaban una vida dura pensando en sus hijos y en las futuras generaciones, sus políticos despilfarraban alegremente.
No hay dinero para subir las pensiones de forma continua, y no sólo durante un año, tampoco lo hay parasanidad o para levantar escuelas (sólo da para barracones), y no lo habrá ya nunca más, mientras no se empiecen a reducir los miles de millones que despilfarran los políticos, los partidos políticos e innumerables expresidentes del Gobierno central y de todas las autonomías.
¿Alguien sabe lo que nos cuestan solamente los expresidentes, mientras ellos pueden tener otros muchos cargos en la empresa privada? No solamente es inmoral que falte dinero para lo principal mientras los políticos no reconozcan, como ya lo hace la sociedad, que el principal problema económico de España son ellos, sino que, además, hagan alarde desuperioridad moral y se atrevan a dar consejos a los ciudadanos, cuando saben que si ésos los pudieran elegir libremente, por mucho que ellos vayan en la lista del partido, estarían de patitas en la calle. No son nuestros representantes, y esto vale para los políticos que están enprisión o huidos. Son representantes de su propio partido.
Mientras nuestros dirigentes no se quiten de la cabeza ese complejo de superioridad, los pensionistas tendrán que defender sus pensiones por otras vías. Las asambleas de jubilados –a nivel municipal o mejor regional- deberían ser una solución para poderse presentar a las elecciones municipales y empezar la lucha en defensa de sus pensiones de los actuales y las de los futuros jubilados. Quizás sería el mejor camino para solucionar otros muchos
problemas.
¡Que nadie venga con falsas promesas, y que ningún partido político se atreva a jugar con los mayores!
(*) Ex funcionario de la Comisión Europea
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