Una fotografía de El Nacional en la que se ve al delegado gubernamental Enric Millo, al exministro Margallo y al socialista Iceta satisfechos en la cabeza de la manifestación convocada por Societat Civil Catalana
este domingo, y que se hizo inmediatamente viral, refleja mucho más que
cualquier discurso la situación del bloque unionista en la política
catalana.
En primer lugar, porque la foto no admite matices: Iceta está
donde está por voluntad propia y lo que queda del PSC con él. Los
socialistas han aceptado un papel subsidiario en la política catalana y
sus compañeros de viaje actuales no forman parte de su historia, pero
eso no parece preocuparles mucho.
La cifra de 7.000 manifestantes, según la Guardia
Urbana, da una idea fehaciente de que una cosa son los minutos de
televisión obtenidos en las cadenas españolas o en las radios y los
grandes diarios del régimen y otra cosa es la realidad en la calle. Si
la concentración no fue un fracaso, quedó muy cerca de ello, ya que por
las imágenes emitidas del acto no parece que el cálculo sea a la baja.
Y eso que la troupe de asistentes de fuera de Catalunya fue,
como es habitual en este tipo de actos, significativa. Además de
Margallo, figuraba el ex primer ministro francés Manuel Valls,
un asiduo ya en este tipo de celebraciones.
Valls ha conseguido en los
últimos tiempos todo un hito: ocupar más espacio en los medios de
comunicación españoles que en los franceses, cuya estela ha ido
desapareciendo al tiempo que encontraba todo un filón en la defensa de
sus posiciones antiindependentistas.
A Valls no le perdona la izquierda
francesa, primero, haber reducido a la mínima expresión el PS; después,
su abandono del partido y, en tercer lugar, su ingreso por la puerta de
atrás en la formación de Macron que gobierna Francia.
En España, Valls se mueve ora de la mano de Ciudadanos ora de la mano
del PP de Albiol. Como Alfonso Guerra, también cada vez más cerca de
C's. Cuando la izquierda y la derecha se confunden, los primeros no
tienen nada a hacer. Nada no, hacer bolos muy bien remunerados.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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