La fórmula es muy sencilla: más Nación, más Europa y más Democracia. Y
añadimos: y menos ideología y frentismo político y más ocuparse de los
problemas reales y cotidianos de los ciudadanos. Eso fue lo que prometió
Emmanuel Macron en Francia y arrasó en las elecciones presidenciales y
legislativas. Y eso mismo es lo que ofrece en España Albert Rivera y lo
que le permitió a Arrimadas triunfar con claridad en las elecciones del
21-D en Cataluña.
Y eso es también lo que impulsa el espectacular ascenso de Ciudadanos
(C’s) en todos los sondeos electorales y especialmente en el último de
Metroscopia que acaba de hacer público el diario El País donde
colocan a C’s como el claro ganador de unas elecciones generales que se
celebrarían ahora con el 28,3 % de los votos. Mientras el PP se quedaría
relegado al segundo lugar con el 21,9 %, el PSOE en el tercer puesto
con el 20,1% y Podemos en el cuarto escalón con el 16,8 % de los
votantes.
Está encuesta anuncia que, en tan solo un año y medio, el PP habría
perdido (un 11 %) el tercio de sus votantes que en junio de 2016
llegaron al 33 %. Mientras que C’s habría duplicado con creces su
electorado de los últimos comicios para pasar del 13 % al 28,3 %. Y lo
peor para el PP de Rajoy es que la tendencia al alza del C’s de Rivera
continuará mientras el PP seguirá cayendo y no sabemos hasta dónde,
aunque lo que ha ocurrido en Cataluña constituye un serio aviso sobre lo
que les puede pasar.
En cuanto al PSOE conviene subrayar que el partido de Pedro Sánchez
no sólo no obtiene ventaja del batacazo del PP sino que además ellos
mismos bajan 2,63 puntos respecto a las elecciones de 2016, mientras que
Podemos cae 4 puntos respecto a 2016 y se alejan del liderazgo político
de la izquierda.
Dicho esto C’s, si quiere consolidar su ventaja, debería de precisar
bien sus propuestas reformistas y de calidad de la vida democrática
porque aunque las va desgranando hace falta conocer un documento
detallado de su oferta.
No obstante ya sabemos de: su posición implacable contra la
corrupción; de su propuesta de reforma en pos de la Ley Electoral para
que sea más justa y representativa; su pretensión de que los partidos no
influyan en el Poder Judicial; o de la defensa de medios públicos
independientes. Así como otras iniciativas sobre el modelo territorial
español que todavía tienen que precisar y ampliar.
Y sobre todo las
normas que garanticen la separación y el control de los poderes del
Estado (el económico ahí incluido) y garantías legales que impidan un
nuevo espectáculo golpista como el catalán.
Este vuelco político que está ocurriendo en España recuerda al
hundimiento de UCD en las elecciones de 1982, tras el golpe de Estado
del 23-F, lo que tiene un reflejo paralelo con el golpe de Estado
catalán del 27-O en el que el Gobierno de Rajoy actuó tarde, asustado y
muy mal, motivo por el que se hundió el PP en los comicios catalanes del
21-D.
Pero además está motivado por el escaso nivel y la pésima gestión del
Gobierno de Rajoy en Cataluña y en muchas otras políticas, excepción
hecha de la economía y el empleo que han mejorado pero que han sido
oscurecidas por lo muchos casos de la corrupción del Partido Popular.
Un partido sin democracia interna donde solo manda Rajoy quien no
deja paso a un sucesor y que conduce a los suyos por un incierto camino
que ya veremos dónde termina y que, por ahora, empieza a crear entre los
suyos un ambiente de derrota y desesperación.
El que los ministros y dirigentes del PP pretenden solucionar con
burdos insultos y descalificaciones diarias a Ciudadanos lo que es tanto
como señalar al partido que va a ganar. No en vano ya son muchos
españoles que ven en Rivera al Macron español aunque de aquí a las
elecciones generales todavía muchas cosas pueden pasar.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario