“Flaco favor hace usted, señor Rivera, al envolverse en la
bandera nacional para crear otro conflicto territorial. Por unos votitos
en Catalunya es capaz de enfrentar al resto de los ciudadanos. Sepa
usted que la Constitución reconoció y blindó el fuero foral vasco y
navarro. Es usted un populista irresponsable”.
Adivine el lector quién pronunció estas palabras ayer en la
tribuna del Congreso de los Diputados. ¿La diputada del Partido
Nacionalista Vasco, Idoia Sagastizabal Unzetabarrenetxea? No. ¿La
portavoz de la izquierda abertzale, Marian Beitialarrangoitia
Lizarralde? No. ¿Íñigo Jesús Alli Martínez, jefe de filas de la
foralista Unión del Pueblo Navarro? No. ¿Ferran Bel Accensi, portavoz
económico del efímero PDECat, ahora Junts per Catalunya, ayer
Convergència Democràtica? No. ¿Algún diputado de Esquerra Republicana de
Catalunya? No, porque ERC no quiso intervenir ayer en el debate sobre
el cupo vasco. La invectiva más dura contra Albert Rivera la pronunció
la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas.
Los canarios también tienen su asimetría. Se llama Régimen
Económico y Fiscal (REF) y lo renegocian con uñas y dientes cada vez
que tienen la posibilidad de influir en los presupuestos generales del
Estado. El REF está reconocido por la Constitución y contribuyó a frenar
el secesionismo del MPAIAC (Movimiento para la Autodeterminación e
Independencia del Archipiélago Canario), grupo panafricanista que llegó a
poner en serios aprietos al Gobierno de Adolfo Suárez a finales de los
años setenta.
Activamente respaldado por Argelia, el independentismo
canario ha sido la principal amenaza separatista que ha tenido España
desde la pérdida del Sáhara Occidental en 1976, sostienen algunos
historiadores rigurosos. A consecuencia indirecta de una bomba del
MPAIAC en el aeropuerto de Gran Canaria hubo un terrible percance el 23
de marzo de 1977. Se desviaron aviones a Tenerife y dos Boeing 747
chocaron en la pista del pequeño aeropuerto de Los Rodeos, provocando el
mayor accidente aéreo de la historia (583 muertos).
En abril de 1978,
el líder del MPAIAC, el abogado canario Antonio Cubillo, fue apuñalado
por dos mercenarios en Argel. Quedó paralítico. Algunas pistas apuntaron
a los servicios secretos españoles, que habrían contado con el apoyo de
un agente alemán. La transición –conviene recordarlo– no fue una
sucesión de alegres juegos florales.
Detrás de cada singularidad española hay una pelea. Las
simetrías y las asimetrías españolas acumulan mucha tensión histórica.
Cuidado con desbaratar los pactos establecidos. Cuidado con llevar hasta
el extremo la fenomenal onda españolista originada por los
acontecimientos de Catalunya. Cuidado con el aventurerismo de derechas.
Ese fue el mensaje que la experimentada diputada Oramas quiso
transmitirle al joven partido naranja. Mientras ella hablaba, con
ondulante prosodia canaria, Albert Rivera, siempre atento a las cámaras,
blandía un ejemplar de la Constitución.
Ciudadanos ha visto brecha y se ha lanzado al ataque, sin
manías. Van a saco, oliendo la pólvora igualitarista de las encuestas.
La ofensiva contra el cupo les sale gratis en el País Vasco y Navarra,
donde su presencia es testimonial. Y les ayuda en Catalunya.
Nunca hasta ahora se había abierto en España una gran
discusión pública sobre el sistema de cálculo del cupo vasco. El PNV
hace tiempo que se temía que la inflamación catalana podía acabar
abriendo la caja de Pandora.
¡Todos iguales! La ofensiva es tremenda. Ciudadanos quiere
pasar el rastrillo en la España enfadada, para dejar en la cuneta a
Podemos, saltarle a la yugular a Mariano Rajoy y provocar nuevas
tensiones en el PSOE. Han visto brecha y van a tope, forzando las
costuras. Esa fue la advertencia de la diputada Oramas.
El fuero fiscal es el alma de la autonomía vasca y navarra.
Poner al País Vasco y Navarra en pie de guerra en las actuales
circunstancias históricas es jugar con nitroglicerina.
La revisión del cupo ha sido aprobada.
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario