“La normalidad es la mejor reacción y la mejor receta ante los
atentados terroristas de estos últimos días. Y dentro de esa normalidad
está la convocatoria del Referéndum de independencia del 1 de octubre”.
Son palabras del conseller de Presidencia y portavoz del Gobierno
catalán Jordi Turull, al explicar la actitud que la Generalitat ha
decidido adoptar ante el futuro del llamado “proceso” dentro del bucle
en que estamos metidos por la ofensiva terrorista del Estado Islámico
contra España. Ofensiva que se ha visto reforzada por un vídeo en
español, el primero que en este idioma hace el Daesh, en el que anuncia
que continuarán los atentados hasta que España deje de participar en
ninguna misión en Oriente Medio.
El señor Turull debe pensar que, es normal la celebración de un
Referéndum de Independencia que va en contra de la Constitución y que,
igualmente, es normal la celebración de ese Referéndum, que tiene
dividida a Cataluña y a España, en el actual ambiente de tensión y
miedo, por una ofensiva terrorista que debería ser la prioridad para
cualquier responsable político. Pero no, la obsesión es la obsesión, y
la prioridad para el Gobierno catalán sigue siendo “el proceso” y la
celebración del polémico e ilegal Referéndum que divide a la sociedad
catalana y española. Por eso, tanto Puigdemont como Oriol Junqueras
recuperarán la agenda independentista el próximo lunes, convencidos,
además, de que han ganado por lo menos la partida de la imagen.
Y es que, desde el principio, desde que se produjo el Gran Atentado
en las Ramblas (15 muertos y 126 heridos) el jueves 17 de marzo, la
respuesta de la Generalitat ha sido política, intentado poner de relieve
que tenía suficiente capacidad como para hacer frente a esa crisis,
sólo con los Mossos d’Esquadra, sin ningún tipo de ayuda o colaboración
de la Policía nacional o de la guardia civil. Había que aprovechar la
crisis para demostrar al mundo que el futuro Estado catalán, tenía
suficiente entidad como para desarticular toda la trama terrorista. Ese
mensaje era el mensaje político que había que transmitir al mundo, sin
que los Mossos, muchos de los cuales provienen del Ejército, de la
Benemérita o de la Policía nacional, tengan nada que ver con él y, al
margen del trabajo desarrollado.
“Con el plan de Cataluña de celebrar un referéndum prohibido en
octubre sobre la independencia de España, la respuesta a los ataques es
fuente de intensos debates entre oponentes políticos en todos los
niveles del gobierno, señala el New York Times de hoy que dice
que ”es poco probable que el gobierno de Rajoy desaproveche la
oportunidad que se le ha presentado con los atentados para expandir el
papel del gobierno central en Cataluña, para la frustración de los
habitantes de Barcelona y de su región”. El periódico de la ciudad de
Nueva York mantiene la tesis muy difundida por The Wall Street Journal
que ha venido diciendo que “Catalunya exhibe su capacidad de gobernarse
con la investigación de los atentados, que la región secesionista
demuestra su competencia semanas antes de un referéndum que Madrid se ha
comprometido a bloquear y que ha actuado como si fuera un Estado”.
Es la tesis general también de la prensa belga que destaca los
esfuerzos del gobierno por presentar una imagen unida en la
investigación de los atentados, algo que, insisten, no responde a la
realidad, porque desde el principio aparecieron las tensiones. “Todo
apunta- señala Le Soir– a que la cooperación entre las fuerzas
de seguridad “nacionales‟ y catalanas dista mucho de ser perfecta. La
Guardia Civil se ha sentido descartada desde el inicio de las
investigaciones sobre los atentados. Los Mossos rechazaron
inmediatamente la cooperación de la Guardia Civil, según la Asociación
Unificada de los Guardias Civiles. Por su parte, la Confederación
española de la Policía reconoció que los diferentes cuerpos policiales
cooperaron tras los atentados pero que dicha cooperación es
“perfectible‟, ya que la Guardia Civil y la Policía Nacional acumulan
una mayor experiencia que los Mossos en materia de terrorismo
yihadista”.
Por último para muchos medios internacionales el verdadero héroe de
la situación es el jefe de los Mossos José Luis Trapero presentando, por
ejemplo, por el Sudeutche Zeitung como “celebrado cazador de
terroristas”. En cada historia de villanos, hay necesariamente también
un héroe que se enfrenta a ellos. “El héroe de España es en estos días
Josep Lluís Trapero, comisario en jefe de los Mossos d‟Esquadra. Fueron
fundados en 1719 y son con ello la unidad de policía más antigua de
Europa. Su existencia es una concesión a la autonomía catalana. En su
caza a los terroristas, actuaron con extrema seguridad en sí mismos y
máxima eficacia. Trapero renunció a la ayuda de sus compañeros de la
Guardia Civil en Madrid”.
En política asegura el periódico, Trapero nunca se ha posicionado.
Pero eso no es ningún impedimento para que los separatistas le
instrumentalicen. ¿Acaso no ha demostrado su tropa que Cataluña es capaz
de ser un Estado propio? Su frase “Bueno pues, molt bé, pues adiós” se
ha convertido en “trending topic‟. Pero aquí no se trata tanto de
separatismo. Más bien se quiere mostrar respeto por Trapero y sus Mossos
por haber liberado a todo el país de la pesadilla de estos terroristas
que andaban sueltos”.
(*) Periodista y economista
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