Seguimos a la espera de que Javier Godó, Conde de Godó por la gracia
del Rey Felipe VI (hasta que al monarca se le agote la paciencia) dé la
orden de abrir la portada de La Vanguardia con un justo titular a toda
página que diga: ‘¡Váyase señor Puigdemont!’
Es lo menos que debería hacer Godó para expiar su temeraria, durante
unos cuantos años, convivencia con el triste y fracasado ‘procés’. El
que por el momento nadie en la Generalitat se atreve a poner en marcha
por decreto o por una ley por temor al que dirá el TC y al que hará don
Mariano Rajoy el de las calzas verdes que crecidito anda tras su airoso
paso por el Congreso de los Diputados que tanto les ha gustado a
Margarita Robles y Joan Tardá.
Un Rajoy del que se cuenta por Madrid que se está armando de valor
para derribar, cual fiero caballero andante, a los malandrines y los
gigantones que se crucen en su marcial caminar con la vista al frente y
braceo de gastador, un dos, un dos, ante la atenta mirada de nuestra
ministra de la Guerra, Maria Dolores de Cospedal.
En estas estábamos y con Javier Godó meditando su portada, cuando nos
hemos enterado que Puigdemont se ha fugado a Dinamarca para abrir una
embajada junto al castillo de Hamlet y ensayar allí el monólogo de ‘ser o
no ser’ que le viene al pelo de su flequillo cortinilla que es más
atractivo que el lineal de Ana Gabriel, ‘la mal follá’ según su propia y
asombrosa confesión.
En Copenhague nadie del Gobierno de aquel país recibió a Puigdemont
¡vaya por Dios! Aunque antes de viajar el molt honorable amigo de Godó
ha declarado que Cataluña necesita un Ejército. Es decir Puigdemont
quiere un Ejército, y ya puestos puede que también un tren eléctrico y
un triciclo dado que este hombre lo quiere todo y parece insaciable.
De manera que frota su ‘Lámpara Maravillosa’ y aparece un genio con
un turbante y aspecto que recuerda a Jordi Puyol y Puigdemont le dice:
quiero la Luna, la independencia, la republica catalana, los activos del
Estado, los funcionarios, los jueces, la Liga española, dos pasaportes
(el catalán y el español), la permanencia en la UE y un Ejército para
estar en la OTAN.
Pero ¿no tiene Puigdemont a los Mossos? Sí, pero no es lo mismo
porque ‘el president’ lo que de verdad quiere es un Ejército con misiles
de largo alcance como los de Kim Jon-un pero en vez de apuntando a la
isla Guam apuntando al Palacio de la Moncloa de Madrid. Lo que no
servirá de mucho porque de tiempo a esta parte Mariano duerme en el
bunker de Moncloa (que construyó Palomino el cuñado de Felipe) porque
está más fresquito y es mucho más seguro.
O sea tengamos la fiesta en paz y a ver si Javier Godó se pasa a
España, nos da una alegría de una vez por todas cuando termine de
meditar con la mirada puesta en el infinito de la Diagonal y bajo cuya
venta se escucha a dos niñas cantar: ‘Baixant de la font del gat,/ una
noia, una noia, / baixant de la font del gat/ una noia i un soldat…’
Pero vamos a ver, querido Javier Godó, ¿acaso no te parece demencial
que un presidente de la Generalitat pretenda liquidar la Constitución
Española, el Estatuto catalán y la unidad de España con un decreto?
¿Acaso no veis que Puigdemont ha perdido la cabeza y está fuera de la
realidad? Pues si eso es así, que lo es, ¿a que espera La Vanguardia
para reaccionar y dejar de ser la retaguardia de Puigdemont?
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
No hay comentarios:
Publicar un comentario