Murcia es una comunidad autónoma
uniprovincial. Como La Rioja, Cantabria, Baleares, Asturias, Navarra o
Madrid. Habitualmente se oye hablar poco de ella, salvo por ser patria
de algunos de los más pintorescos políticos del PP, como Trillo o
Pujalte. Pero, cuando se oye, se descubre una realidad política tan
abigarrada, compleja y veloz como en el resto del país. Murcia es
reciamente española.
Se imputa a su presidente, Pedro Antonio Sánchez (PAS) un supuesto delito en uno de esos casos de nombres habitualmente metafóricos, el caso Auditorio,
aunque podría ser el caso "picaporte" o "México Lindo", los hay ya de
todo tipo. C's, intransigente con la corrupción, le da tres días para
dimitir. Sánchez no dimite y C's anuncia su posible apoyo a una moción
de censura "técnica", esto es, limitada en mandato a convocar
elecciones. Empujado por Podemos, el PSOE presenta una moción de
censura, lo que indica denodado esfuerzo pues el personal pensaba que se
le había olvidado cómo se hace eso de oponerse. El PP, siempre en su
lucha sin cuartel contra la corrupción, al no poder evitar la moción,
pide que se aplace por si PAS, al final fuera desimputado.
Y algún
barrunto quizá tenga de algo así porque ayer mismo estaba el juez que investiga al presidente murciano del PP de cañas con los miembros de la cúpula de ese mismo PP
lo que, como entiende todo el mundo, es algo perfectamente fortuito. No
parece así extemporáneo que el expresidente de este imputado partido en
el que militan imputados lo abandone acusando a Rajoy de "inacción ante la corrupción".
Prudente en su juicio el dimisionario porque Rajoy no se limita a no
hacer sino que obstaculiza en lo que puede y hasta parece que encubra a
los imputados.
La moción cuenta con ser admitida a trámite el lunes por
la mesa de la cámara y debatida unos días después. El presidente
propuesto, González Tovar, PSOE, gobernaría en coalición con Podemos, 19
escaños contra los 22 del PP y los eventuales 4 de C's. Un primer e
incierto intento de unidad de la izquierda, algo esquinado si bien
prometedor. Pero la clave de que todo este episodio murciano vaya en un
sentido o en otro está en C's, un partido con un sentido digamos móvil
de los compromisos públicos.
La mesa de la cámara está compuesta por 2
miembros del PP, uno de PSOE, otro de Podemos y otro de C's. El voto
decisivo es el de C's. Este finde promete ser tormentoso en Murcia. Pero
el martes puede amanecer en calma chicha y con PAS felizmente al mando,
en tanto espera que lo absuelvan las urnas que en España sirven para
todo excepto para que la gente vote en Cataluña.
Estos son mis poderes
El prometido acto apoteósico del próximo
26, domingo, en la capital del reino, con sus efluvios populistas y
caudillistas es una exhibición que, si nos atenemos a la edad de los
participantes, podemos calificar de "histórica" y solo quedaría por
averiguar de qué edad de la historia. Sin duda, la foto no se ajusta
enteramente a la noticia porque la de la noticia, claro, no se ha
producido aún.
Pero es de señalar el pundonor del medio que ha ido a
buscar una que casi cubre los requisitos: están todos los que acudirán a
la unción de la caudilla, excepto Guerra, sustituido por Elena
Valenciano. Eran los tiempos de la feliz y tranquila secretaría general
de Rubalcaba y Valenciano era entonces mano derecha de Rubalcaba y ahora
cumple una función simbólica de añadir cuota imaginaria porque en la
foto real habrá cuatro hombres y una mujer.
El
equipo de comunicación de Díaz ya ronda las redes con las consignas de
rigor. A lo mejor es su lectura la que impulsa a Zapatero a pedir que el
debate salga de ellas y no una repentina e insospechada pasión por la
censura. Aunque nunca se sabe. Este hombre es como un cañón giratorio.
La consigna que juzgan más feliz es en el Ifema estará representado el pasado, el presente y el futuro del PSOE.
La
sociedad, dicen los teóricos, es un "espectáculo"; lo cual no es tan
original. Ya la sociología funcionalista decía que tenemos "roles". Y no
solo es espectáculo, sino "simulacro", al decir de otros teóricos. Pues
sí, el acto anunciado de exaltación caudillesca tiene incluso algo de
bufo. Esa consigna del pasado, el presente y el futuro delata tal
falta de sensibilidad mezclada con tal arrogancia que resulta
repulsiva.
En efecto, en el Ifema estará arropando a Díaz el pasado del
PSOE, esos cuatro "ex", González, Guerra, Zapatero y Rubalcaba a
quienes, sin embargo, sienta muy mal que los llamen "pasado". Entre
otras cosas porque, aunque lo son (y algunos son el pasado del pasado),
no saben retirarse, como se dice sucede con los toreros. Y por ahí
merodean, intrigan, se confabulan y, finalmente, se prestan a ser
exhibidos como trofeos que prueban que el pasado del PSOE está
firmemente a favor del presente, personificado en Díaz, y de su
pretensión de convertirse en futuro que la consigna da también como
presente, como futuro presente o presente futuro.
Muy
en el estilo de los oscars, la gala tendrá después premio a los efectos
especiales, provistos por la junta gestora que traerá el proyecto de
ponencia que se presentará en el congreso próximo a mayor gloria de la
secretaria general in pectore.
El
mismo día 26 celebra Sánchez un acto en Valencia. Las comparaciones
serán inevitables. La abundancia de estrellas y astros en el de Díaz y
su ausencia en el de Sánchez. Pero eso puede ya darse por amortizado.
Solo tendría valor si el 26 apareciera alguna figura inesperada en el
Ifema. El ectoplasma de Largo Caballero, por ejemplo. De no ser así, la
abrumadora presencia de los hombres del pasado, acaba convirtiendo en
pasado esos presente y futuro de la propaganda. Así que los datos que se
compararán, obviamente, serán las asistencias y los discursos de los
candidatos. A partir de ahí, se verá si las primarias del PSOE se
decantan en un sentido u otro o en ninguno de los dos.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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