Malos, muy malos los resultados de Banco Mare Nostrum (BMN) correspondiente al ejercicio 2016. De forma vergonzante, los ha hecho públicos, y remitido a la CNMV, a cierre de mercado (¿para qué?), un viernes 24 de marzo.
Caída libre de margen financiero y del margen bruto.
Cae el beneficio pero, lo más grave es el derrumbe de la rentabilidad
sobre recursos propios (ROTE). Un banco que se va jibarizando para poder
detener la riada de mora que, por otra parte, supone su único punto de inflexión: mejor.
Al final, Bankia absorberá una entidad en declive, que Carlos Egea no ha sabido enderezar y, por tanto, lo lógico es que se quede al margen en la entidad fusionada. Ningún banco ha querido hacerse con BMN y le ha tocado a Goirigolzarri, por prescripción facultativa.
Naturalmente, durante la Junta celebrada el viernes en Valencia, José Ignacio Goirigolzarri insistió en que había lógica industrial en la absorción, por aquello de que en la zona levantina y balear (más cierto esto segundo que lo primero) Bankia no está muy fuerte. Pero eso no es más que una ilusión. Mejor: es hacer de la necesidad, virtud. En cualquier caso, el FROB quiere que el 1 de enero de 2018 haya un solo banco: Bankia-BMN.
(*) Periodista. Director de Hispanidad.
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