Y proceder judicialmente contra su
responsable, Mariano Rajoy, presidente del gobierno, que, al parecer,
estuvo años cobrando sobresueldos con cargo a esa caja B del partido a
donde iban a parar las mordidas, se dejó pagar viajes y trajes por la
Gürtel y tiene a su padre dependiente a cargo del erario mientras niega
las ayudas a los demás dependientes. O sea, un personaje inmoral y puede
que presunto delincuente al frente del gobierno desde hace más de cinco
años.
Un quinquenio que corona la etapa de mayor corrupción de la historia de España desde la Transición. Porque, al parecer, no era solamente Rajoy quien cobraba los sobresueldos, sino una nutrida representación de cargos y dirigentes del partido que se repartían así entre ellos una cantidad importante de los caudales que los empresarios pagaban a cambio de contratas públicas y con el objetivo último de financiar ilegalmente el PP.
Una orgía de dinero sucio que se canalizaba por diversas vías, por
ejemplo, la Fundación FUNDESCAM, juguete preferido de Esperanza Aguirre y
el presidiario Díaz Ferrán, gran amigo suyo. Esa financiación ilegal
servía para los sobresueldos, para pagar las campañas electorales del PP
(cuyos resultados debieran anularse por haberse obtenido con trampas,
con tongo) y, sin duda, también para comprar voluntades en los medios y
hasta los mismos medios.
Y
así, gracias a la mayoría absoluta del PP en la Xª legislatura, la
injerencia permanente en la administración de justicia y el control de
los medios, España se ha convertido en el país de la corrupción,
mientras la gente pasa necesidades, o no tiene para comer y los niños
van a clase en barracones.
Varios
jueces consideran el PP como una presunta asociación para delinquir.
Con las nuevas revelaciones en sede judicial quizá pueda empezar a
considerársele como un ejemplo de delincuencia organizada. Un partido
sin ideología oficial (porque el neofranquismo no puede confesarse en
público) cuyo único objetivo es conseguir el poder para saquear el
erario, malversar, malvender lo público a los amigos del sector privado
esgrimiendo filosofías neoliberales mientras captura el Estado y lo
esquilma.
Hay que recordar a Aznar afirmando en 2010 que el PP era incompatible con la corrupción.
Calíbrese la sinceridad del amigo: Rodrigo Rato había sido ministro de
Hacienda y luego vicepresidente del gobierno con él y ya por entonces,
según parece, era un corrupto. También merece la pena recordar a Mariano
Rajoy en 2009 rodeado de la plana mayor del PP, en la que ya había
varios corruptos, afirmando muy serio que la Gürtel no era una trama del PP sino una trama contra el PP. Así, con todo el morro.
Y
ahí sigue de presidente del gobierno, gracias al PSOE, por cierto.
Gobernando como si todavía tuviera mayoría absoluta y haciendo lo que le
da la gana. Ya veremos qué pasa con esa comisión de investigación en el
Congreso que no les ha quedado más remedio que exigir a los partidos de
la oposición, PSOE, Podemos, C's.
Los
nuevos datos vinculan la Gürtel con la Púnica, eliminan la prescripción
de muchos presuntos delitos al establecer su continuidad entre 2004 y
2011, dibujan una actividad delictiva permanente, especialmente en la
Comunidad Autónoma de Aguirre/González y en el pináculo de todo ello,
como responsable político, sitúan a Mariano Rajoy.
Es insólito que este hombre sea presidente del gobierno.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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