MURCIA.- La Contraparada, uno de los entornos paisajísticos más notables del
municipio de Murcia, situado entre las pedanías de Javalí Viejo y Javalí
Nuevo se encuentra lleno de basura, cañas y con diversas roturas de
sillares y del acueducto Los Felices que "hacen peligrar su conservación
y el estado en el que lo hemos heredado de nuestros antepasados", según
manifiesta el concejal socialista Enrique Ayuso, quien visitó la zona
para comprobar las condiciones en las que se encuentra, tras las
diversas denuncias realizadas.
"Pero no solo es la Contraparada, es también San Esteban, Monteagudo,
el Molino de Batán y tantos otros rincones que forman parte de nuestro
patrimonio que han quedado desamparados, que no va a quedar casi legado
para generaciones futuras", apunta Ayuso.
En concreto, respecto a La Contraparada, como explican los alcaldes
pedáneos de Javalí Viejo, José Francisco Navarro, y de Javalí Nuevo,
María Jesús Barquero, que acompañaron al concejal durante su visita, el
deterioro no se produce por unas lluvias intensas, sino por dejar de
hacer un mantenimiento constante.
"Llevamos por lo menos diez años sin
ver por aquí trabajos de limpieza y de conservación", señala Navarro.
Como otros enclaves del municipio, las fuertes lluvias de diciembre
provocaron que los grandes sillares que conforman el azud de La
Contraparada, de época antigua, quedaran levantados, al mismo tiempo que
también el agua ha arrastrado muchos plásticos y botellas que han
quedado estancados entre cañas.
"Esto, sumado al derribo de parte del
acueducto de piedra, que es de un gran atractivo, evidencia la apatía
con la que el PP trata el patrimonio del municipio desde que gobierna",
explica el concejal, quien manifiesta que "eludir responsabilidades bajo
la excusa de que la conservación es competencia de otras
administraciones nos resulta imprudente".
Este paisaje, único en la Región, "debería ser cuidado con
escrupulosidad porque es el símbolo del sistema de regadío de la Huerta
de Murcia, que debe permanecer por su utilidad pero también por servir
de demostración del singular reparto de agua entre acequias a
generaciones futuras".
En este sentido, el concejal apunta que el Centro
de Interpretación, cuyo edificio está terminado, "se ha abierto al
público a medio gas, sin dotarse completamente de los contenidos
diseñados y prometidos ni de un personal que garantice un horario de
atención al público, pese a los anuncios a bombo y platillo".
"Esto no es más que un nuevo ejemplo de la pasividad con la que el
equipo de Gobierno trata el patrimonio de todos los murcianos, le da
igual que un entorno tan rico en flora y fauna se esté deteriorando, le
da igual que lo denunciemos y le da igual que se pierda para
generaciones futuras", explica Ayuso
Luego, "sí nos gusta vender nuestros paisajes y nuestro patrimonio en
folletos turísticos, cuando es un verdadero milagro que permanezca en
pie, porque la intervención de los responsables es mínima, a veces
nula", afirma el edil, quien añade que "perdemos el tiempo, sacándonos
de la manga proyectos nuevos, como Murcia Río y, sin embargo, no
prestamos toda la atención que se merece enclaves como La Contraparada".
De la Contraparada, cuyo origen data de época árabe, nacen las dos
acequias mayores de Murcia, Aljufía (norte) y Alquibla o Barreras (sur),
que a su vez se dividen en otros brazales, creando un complejo sistema
de riego que alcanza a toda la Huerta.
Esta pequeña presa fue diseñada
para evitar inundaciones, como recuerda la alcaldesa pedánea de Javalí
Nuevo, María Jesús Barquero y actualmente es un punto de encuentro y de
ocio para muchas familias del municipio.
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