Menudo espectáculo ha dado la clase política española, los nuevos y
los viejos, a lo largo de este año 2016 que afortunadamente se acaba. Y
ni siquiera en las fiestas de Navidad los políticos han dejado de
zurrarse la badana los unos a los otro. Algunos han aprovechado en estas
fechas tan familiares para pelearse en familia como ha ocurrido en PSOE
y Podemos, o como pasó con Aznar que dio un portazo de despedida de su
presidencia honorífica en el PP.
En Podemos, como también en Siria, los de Iglesias y Errejón han
declarado una tregua hasta después de los Reyes Magos que la alcaldesa
Carmena va a pasear este año con los mismos camisones satén del año
pasado -buena se va a poner Cayetana-, siempre y cuando los camellos de
sus majestades lleven matrículas terminadas en número impar. De lo
contrario, la cabalgata no desfilará.
En el PSOE los garrotazos familiares han pasado de los sanchistas
contra la gestora y su tapada Susana Díaz a pelearse entre sí los de
Pedro con los de Patxi, lo que anuncia el principio del fin de los
críticos del PSOE, que son pocos, de escaso nivel y mal avenidos.
En Cataluña los independentistas vienen y van en sus desencuentros
pero lo mas notorio de todos ellos es la pasión suicida de los
dirigentes de PDeCAT, la antigua CiU, que han hundido su partido, están
cazados en los tribunales y les han robado la merienda del poder los de
ERC. El trio Mas, Puigdemont y Homs -que sigue culpando a España de sus
desvaríos- pasará a la historia de Cataluña como autores de la
destrucción del centro derecha nacionalista catalán.
Título de político destructivo que también se llevará Pedro Sánchez
por el cúmulo de derrotas encadenadas, el ridículo que hizo en su
investidura y la bronca que ha organizado en el PSOE. Un enorme daño
causado en su partido que no es mayor gracias a las luchas fratricidas
de Iglesias con Errejón que ya veremos como acaban porque no hicieron
nada mas que comenzar.
Y decían los analistas que el resultado de las elecciones españolas
del 26-J envió a los políticos el mensaje ciudadano de que hablen y
pacten entre sí. Y algo hicieron algunos al pactar la investidura de
Rajoy pero no por sentido de la responsabilidad sino por miedo atroz a
unas terceras elecciones que para muchos, como el PSOE, se les
presentaban como un escenario mortal.
Pero, ¿como van a pactar entre partidos los que ni siquiera se
entienden entre ellos? Pues esa es la cuestión, y el año 2017 que se
acerca Dios dirá. Aunque todo apunta a que mas de uno de los
protagonistas de las broncas cainitas de estas fiestas desaparecerán del
primer plano de la política nacional. O cambiarán de partido, y vamos a
ver si a eso se atreve Aznar.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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