Antonio Sánchez Solís pasa la prueba.
Será renovado en la delegación del Gobierno, y al día de hoy es el único
alto cargo dependiente de la Administración central que está confirmado
en su puesto. Es probable que el resto del staff dependa de la
conclusión de la ronda de entrevistas que ha iniciado el presidente de
la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, con los ministros del nuevo
Gobierno de Rajoy.
Sánchez Solís es un político, camuflado como
técnico, que se ha mantenido en los más distintos cargos durante los
sucesivos Gobiernos de Valcárcel y es claramente un hombre leal al
expresidente de la Comunidad. Tal vez el hecho de que PAS apoye su
continuidad puede tener que ver con la intención de no aumentar, ante el
no demasiado lejano congreso regional del PP, las fisuras con el
todavía presidente del PP murciano.
Otro cargo en liza, éste
dependiente del Gobierno regional, que tiene voz decisiva para el
nombramiento, es la presidencia del Consejo Social de la Universidad de
Murcia, ya que su titular, Javier Ruano, tomó posesión de su plaza de diputado nacional para sustituir a Juan María
Vázquez, nombrado director general de Ciencia e Inovación en el
ministerio de Economía.
La sucesión en la presidencia del Consejo Social se hará esperar tal vez hasta después de Reyes, y mientras tanto estará a cargo Juan Pérez Gil, expresidente de la patronal lorquina, ´número dos´ de Ruano hasta ahora. En ese transcurso el Gobierno intentará consensuar el nombramiento con el rector, José Orihuela, tal vez para evitar experiencias como las protagonizadas en algún momento por Ruano, quien parecía actuar más en consonancia con los intereses de la UCAM que con los de la pública, actitud que permitía interpretar que representaba la voluntad del PP y del propio Gobierno frente a la que expresaba el estamento universitario. Lo que parece claro es que el nombre de Juan Bernal, que ya presidió el Consejo y que ha vuelto a salir a los corrillos, no cuenta en este caso.
La sucesión en la presidencia del Consejo Social se hará esperar tal vez hasta después de Reyes, y mientras tanto estará a cargo Juan Pérez Gil, expresidente de la patronal lorquina, ´número dos´ de Ruano hasta ahora. En ese transcurso el Gobierno intentará consensuar el nombramiento con el rector, José Orihuela, tal vez para evitar experiencias como las protagonizadas en algún momento por Ruano, quien parecía actuar más en consonancia con los intereses de la UCAM que con los de la pública, actitud que permitía interpretar que representaba la voluntad del PP y del propio Gobierno frente a la que expresaba el estamento universitario. Lo que parece claro es que el nombre de Juan Bernal, que ya presidió el Consejo y que ha vuelto a salir a los corrillos, no cuenta en este caso.
Las
incógnitas siguen siendo la Autoridad Portuaria, la Confederación
Hidrográfica y Costas. No es seguro que Antonio Sevilla continúe al
frente del Puerto de Cartagena, a pesar de su aparente buena relación
con PAS tras sus acercamientos sucesivos, en las distintas fases de su
etapa política, a Bascuñana (¡cuádrense!) y Valcárcel. Y parece poco
probable que Miguel Ángel Ródenas se afiance en la CHS, dado el claro
enfrentamiento de esta institución con la política de la consejería de
Agricultura, a lo que hay que sumar una gestión evidentemente ineficaz
en distintas áreas que se intenta justificar en la escasez
presupuestaria.
Por su parte, Andrés Martínez Muñoz, en Costas, parece
la pieza más fácil de relevar, dado que carece de anclajes políticos;
sin embargo, se trata de un ingeniero prestigioso y riguroso, con
capacidad de iniciativa y buenas ideas, a la vez que se ha desenvuelto
con discreción y sin dar codazos, siempre muy celoso de los intereses
que le tocaba defender incluso ante algún ´peso pesado´, dicho esto en
su literalidad, del PP.
Lo que parece claro es que PAS pilotará estos cambios y que en todos ellos observaremos alguna fina intencionalidad política.
(*) Columnista
http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2016/11/25/delegado-renovado/785826.html
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