Dice la socorrida Wikipedia que la telenovela es un género televisivo,
producido originalmente en varios países de América Latina
(especialmente, ¡qué casualidad!, en Venezuela) que cuenta una historia,
no necesariamente realista y generalmente de argumento melodramático, a
lo largo de varios capítulos y que normalmente tiene un final feliz
para los protagonistas. Durante el trayecto de la misma, los personajes
principales tienen que luchar contra uno o varios villanos, que se
oponen a su relación. Los protagonistas cuentan asimismo con la ayuda de
diversas personas que apoyan su unión (otros parientes, amigos, etc.) y
terminan encontrando la felicidad en el capítulo final, hasta el cual
se sucede toda clase de peripecias.
Saco a relucir la definición de Wikipedia porque es la que más se parece
a la cita que, en la lucha por el poder en Podemos, hizo en su momento,
antes de besarse públicamente en la boca con Pablo Iglesias, Iñigo
Errejon, su número dos, secretario político del partido morado que ayudó
a fundar, portavoz Parlamentario en el Congreso de los Diputados, y,
sin duda, uno de los más brillantes miembros de la dirección del partido
que nació al calor del 15-M, y que poco a poco ha ido perdiendo la
frescura y las peticiones de aquellas movilización en el Puerta del Sol
de Madrid y que tuvo su replica en varios países del mundo, entre ellos,
en Estados Unidos.
Dijo Errejón en aquella sesión de fraternidad en la que los dos se
besaron apasionadamente en la boca, que no quería que los debates sobre
el futuro de Podemos, y a qué cambios hay que ir próximamente en el
Congreso de Febrero en Vistalegre, se convirtiera en una telenovela. Y
así ha sido, porque el debate sobre ese futuro del partido, y la forma
de votar, se ha convertido en un debate sobre amor y desamor, acompañado
por una lucha por el poder, en el que tiene que ganar, en teoría, pase
lo que pase, Pablo Iglesias, algo a lo que está acostumbrado. Lo
contrario, le desconcierta.
Hace dos semanas este cronista, adelantaba lo que iban a ser las jornadas preparatorias del Congreso de Vistalegre II,
cuyas votaciones después de más cuarenta horas, se han hecho públicas
este jueves. De esta forma, pasadas las cuatro de la tarde y después de
varios fallos técnicos que han retrasado la publicación de los
resultados, el plebiscito que se esperaba y que, sobre todo, esperaba
Iglesias no se ha producido. Algo que para Pablo Iglesias y los
“pablistas” incondicionales, es insólito.
La propuesta organizativa del secretario general para el congreso de
Vistalegre II y que se celebrará en Madrid del 10 al 12 de febrero,
ganaba por la mínima y con un escaso margen: 40.380 votos (el 41,57% del
total) frente a los 38.419 del modelo defendido por el sector de
Errejón secretario político del (39,12%) y los 10.313 del sector
anticapitalista de Miguel Urban (10,5%). Es decir que casi el 60% de los
militantes que han votado, 99.612 militantes, un 22,7% del total de las
bases (436.452), no han respaldado la propuestas de quien, a última
hora planteó públicamente que si no ganaba su propuesta, estaba
dispuesto a presentar su dimisión como secretario general del partido.
Un autentico susto para quien cree que cuenta con el apoyo total e
incondicional de toda la militancia, en un partido que se plantea, en
estos momentos, si lo mas importante es pelear dentro de las
Instituciones o, por el contrario, hay que recuperar la calle y el
espíritu reivindicativo del 15-M.
La principal diferencia que ha separado a las distintas familias o
tendencias de Podemos, está en evitar que la Asamblea Ciudadana se
convirtiese en un plebiscito hacia su secretario general por la mecánica
que querían implantar los “pablistas” en las votaciones. Es decir, que
tendrá que votarse en una sola vez, el programa y la lista de quienes
llevarán a cabo ese programa, una decisión que va en contra de lo que se
decidió en 2014 cuando se aprobó el sistema mayoritario. El sector de
Errejón es partidario de dos votaciones distintas, pensando que lo que
Iglesias pretende es un plebiscito no sólo a sus tesis, sino a su
persona. Con un sistema además, de lista única y bloqueada, en la que
van todos los suyos.
Los resultados deben llevar a una profunda reflexión a Pablo Iglesias,
porque no todo el partido está con él , con lo que no podrá llevar a
cabo la purga que tenía previsto realizar con el cese de su número dos y
su sustitución como responsable del grupo parlamentario, por Carolina
Bescansa. En la rueda de prensa de este jueves, un Iglesias, que nada
tenía que ver con el Iglesias de hace unos días, seguro y desafiante,
hacia una llamada a la unidad y aparcaba sus ultimátums, para insistir
una y otra vez en la unidad y el acuerdo. Toda una cura de humildad que
pone de manifiesto que no todas las telenovelas terminan felizmente,
aunque tanto Errejón como Iglesias hayan insistido en el entendimiento y
el acuerdo, sin que, por el momento, el numero dos quiera competir por
el puesto del numero uno, aunque todavía no se sabe con seguridad porque
depende de los acontecimientos O lo que es lo mismo, que el cielo nunca
se toma por asalto, sino que, antes hay que pedir la llave.
(*) Periodista y economista
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