PARÍS.- Medio centenar de países se reúnen a partir de mañana lunes en la ciudad portuguesa de Vilamoura para debatir las cuotas de pesca de atún rojo y establecer un plan de recuperación del pez espada, víctima también de la sobrepesca.
Oenegés y
profesionales coinciden, sin embargo, en que la Comisión Internacional
para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), reunida hasta el 21 de
noviembre, no debería decidir nuevas cuotas.
La ICCAT, que es responsable de la conservación
de los túnidos y otras especies afines en el océano Atlántico y el mar
Mediterráneo, acordó en 2014 aumentar en un 20% anual durante tres años
la cuota de pesca del atún rojo del Mediterráneo y el Atlántico
Oriental, cuyas reservas están en vías de reconstitución.
Quedaron fijadas en 16.142 toneladas para 2015, 19.296 toneladas para 2016 y 23.155 toneladas para 2017.
"Imaginamos
que no habrá grandes cambios este año", señala Bertrand Wendling,
director de la organización de pescadores franceses Sa.Tho.An. Para
Greenpeace, tampoco está prevista "ninguna gran revolución".
En
2013, la reserva reproductora de atún rojo en el Mediterráneo y el
Atlántico Oriental subió a 585.000 toneladas, es decir el doble de su
nivel de los años 1950, según el Comité Científico de la ICCAT. Una
"actualización" llevada a cabo este año "no mostró nada sustancialmente
diferente", precisó el investigador Tristan Rouyer, que participa en los
trabajos de la comisión.
El
Comité hará una nueva evaluación en 2017, "habrá entonces las bases
científicas para volverlo a hablar todo" y las negociaciones "corren el
riesgo de ser más acaloradas", explica.
No
está excluido, sin embargo, que algunos países exijan en Portugal un
aumento de la cuota o una modificación del reparto entre países.
"En
principio la cuota se reexaminará en la reunión de 2017", en base a la
nueva evaluación, pero "algunos países, como España, han pedido subidas
suplementarias este año", precisó Paulus Tak, de la ONG Pew.
Respecto
al reparto de las capturas, la Unión Europea se lleva la mayor parte
(alrededor del 59%). Países del norte de África como Argelia, Túnez,
Libia o Marruecos también podrían tratar de obtener la autorización para
pescar más, según Wendling. Sobre todo cuando Turquía ya ha decidido
unilateralmente aumentar sus capturas.
Después
del atún rojo, los 51 miembros de la ICCAT (Unión Europea + 50 países,
entre ellos Estados Unidos y Japón) deberían concentrar sus discusiones
en el pez espada del Mediterráneo, el "gran olvidado" de la comisión,
según la ONG Oceana.
Su población cayó un 70%
en 30 años debido a la sobrepesca, precisó. Y el 70% de los peces
espada capturados son juveniles (menos de tres años), es decir que no
han alcanzado la edad de reproducción, señala WWF, que reclama un plan
de recuperación inmediato, principalmente con una cuota de pesca.
Italia es el país que más pez espada pesca en el Mediterráneo (45% de las capturas), seguida de Marruecos, España y Grecia.
La
UE podría proponer la instauración de una cuota para este pescado, que
ya es objeto de medidas de preservación, como una veda durante tres
meses anuales. Según Wendling, los pescadores españoles e italianos se
oponen.
Para Oceana, si no se adopta un plan
de crisis la UE deberá prohibir la pesca del pez espada en el
Mediterráneo para asegurar la supervivencia de la especie.
Las
organizaciones medioambientales señalan, además, otra especie
sobreexplotada: el atún obeso. En 2015, el comité científico de la ICCAT
"constató que el atún obeso era objeto de sobrepesca", agregó Paulus
Tak.
Debido a los sistemas de pesca industrial utilizados para optimizar las capturas de atún adultas que atrapan a muchos juveniles.
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