La representación murciana en el Comité Federal del PSOE es de ocho personas, pues María González, la novena de la casa, pertenecía a ese órgano en su calidad de miembro de la ya extinta Ejecutiva de Pedro Sánchez.
De los ocho, sólo tres votaron en favor de éste. Y cabe sospechar que
habrían sido menos en caso de que la votación hubiera sido secreta. Esto
en una federación que se coloreaba como sanchista sin mácula. Por poco el secretario general no se quedó solo.
Frente a esta evidencia, el aparato murciano, cuya derrota
es bien expresiva, apela a una acuñación novedosa: “el sentir de los
militantes”, que habrían contrariado quienes no siguieron la consigna de
la calle Princesa, faro que alumbra la interpretación de los sentimientos colectivos.
Da la impresión de que esta monserga va a tener su apoteosis en el inmediato Comité Regional
del partido en vez de comprar una Singer y ponerse de inmediato a coser
de acuerdo al nuevo oficio de moda entre los socialistas.
Ahí lo que hace falta son unos buenos modistos, pero me da a mí que hay pocos que sepan enhebrar una aguja.
(*) Columnista
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