domingo, 9 de octubre de 2016

Pablo Iglesias pasa del ‘sorpasso’ al zarpazo / Pablo Sebastián *

Pablo Iglesias, que impuso en Podemos el voto en contra de Pedro Sánchez para que no gobernase en la anterior legislatura favoreciendo la permanencia de Mariano Rajoy en el poder, ahora se aprovecha de la crisis del PSOE -en la que se ha entrometido- convencido de que si los socialistas se abstienen en la investidura de Rajoy esa será la gran oportunidad para que Podemos le dé al PSOE no solo el ‘sorpasso’ sino un zarpazo letal para convertirse en los líderes de la izquierda y de la oposición.

Para ello Iglesias necesita forzar unas terceras elecciones, como forzó las segundas votando contra Sánchez en la investidura del pasado mes de marzo cuando creyó que el pacto electoral que entonces estaba urdiendo con IU los colocaría por delante del PSOE en los comicios del 26-J. Lo que no logró y constituye la base de su enfrentamiento con Íñigo Errejón quien en aquel entonces quería apoyar la llegada de Sánchez a la Moncloa, aunque fuera de la mano de Ciudadanos.

Pablo Iglesias necesita, pues, terceras elecciones para darse una segunda oportunidad de derrotar al PSOE y no duda, con gran cinismo, en salir en defensa de Sánchez y en jalear a los diputados socialistas para que rompan la disciplina del partido y no se abstengan en la investidura de Rajoy. No en vano, Iglesias teme que el PSOE se pueda recuperar en la oposición con su refundación en un congreso de este partido.

Por el flanco derecho de los socialistas el que se muestra obsequioso con la gestora del PSOE es Mariano Rajoy declarándose dispuesto a ‘trabajar día a día para ganarse la gobernabilidad’, mientras reitera que no pondrá ninguna condición al PSOE para su investidura. Convencido como está Rajoy, y con razón, de que la actual crisis del PSOE le ofrece una oportunidad de pacto que puede que nunca más vuelva a tener.

La batalla interna de Podemos, ideológica y estratégica existe y a cara de perro entre Iglesias y Errejón por mas que ambos disimulen para decir que eso es muy sano y democrático. Y sobre todo es una lucha personal y a la vez política por el control del poder del partido y por el rumbo a seguir lo que nada tiene que ver con el discurso tacticista de Iglesias cuando afirma que Podemos debe bajar a la calle y no solo hacer política en las instituciones.

Esas son palabras vanas. La diferencia fundamental estriba en que Errejón quiere que el PP salga cuando antes del poder, mientras que a Iglesias lo único que le interesa es acabar con el liderazgo del PSOE en la izquierda y en la oposición, siguiendo el modelo de Alexis Tsipras en Grecia para por esa vía llegar al poder.

De lo que no hablaron ni Iglesias ni Errejón en su consejo estatal del fin de semana fue de la situación de España o de como Podemos puede ayudar a mejorar la situación general española porque Iglesias juega al cuanto peor para España -y para Europa- mejor para ellos y por esa vía se equivocaran. Como errarán si rompen los pactos de gobiernos regionales con el PSOE (a lo que también se opone Errejón) en caso de abstención del PSOE en favor de Rajoy porque semejante ruptura que promueven Iglesias y Echenique va a favorecer al PP y se volverá contra ellos.

En realidad en Podemos todavía no saben por qué tras su pacto con IU no lograron derrotar al PSOE en las elecciones del 26-J. Iglesias para sacudirse su responsabilidad culpa a Errejon de la campaña electoral de ‘las sonrisas’ mientras el defiende el discurso del miedo que la verdad no da ningún miedo y a veces provoca la hilaridad.

Sobre todo cuando grita y se enfurece para disimular y ocultar que si Rajoy sigue en el poder y lo puede renovar es gracias a que él forzó en Podemos el voto en contra de Sánchez el 4 de marzo en lugar de ofrecerle la abstención para sacar al PP del poder. Iglesias sabe que su aliado natural es Rajoy y su objetivo no es un gobierno progresista sino desbancar al PSOE. Fracasó en el sorpasso del 26-J y ahora intenta ‘el zarpazo’ aprovechando la grave crisis del PSOE.


(*) Periodista

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