La decisión del PSOE sobre el probable nuevo intento de investidura
de Mariano Rajoy está tomada en favor de la abstención, pero faltan por
ver varias cosas sobre: cómo se va a escenificar esa abstención, si por
el grupo parlamentario al completo o solo en una parte como defienden
algunos; qué harán Pedro Sánchez, los diputados catalanes del PSC y
algunos otros que anunciaron su ‘no’ irrenunciable a Rajoy; quién le
explicará todo esto a la ciudadanía y la militancia socialista; y qué
pasará con el congreso del PSOE que el ala izquierda del partido exige
como algo inmediato y para lo que ya han recogido muchos miles de firmas
entre los militantes.
Lo de la sola abstención de once diputados del PSOE mientras el resto
vota ‘no’ sería un circo vergonzante y poco serio. Si hay una decisión
del comité federal por la abstención todo el grupo debería acatarla,
máxime a la vista de la grave crisis del Partido. Si eso no ocurre al
coste político de la abstención tendrán que añadir el coste mediático
del fiasco y en consecuencia de todo ello la división o la ruptura del
PSOE ante los ojos de todos los españoles.
La decisión que adopte Pedro Sánchez, de quien se dice que no acudirá
al Congreso el día de la votación (lo de desaparecer es su
especialidad), va a ser importante porque si finalmente vota ‘no’ estará
desafiando abiertamente a la gestora y al comité federal para intentar
liderar las bases del PSOE en contra del aparato del partido y de los
barones regionales.
En la gestora en cambio se espera la lealtad de Sánchez al comité
federal como gesto y compensación por el daño que este personaje le ha
hecho al PSOE, con sus muchas derrotas electorales, el escándalo del
último comité federal, su investidura fallida y su malvada acusación a
quienes fueron sus adversarios internos en el PSOE de ser unos meros
‘subalternos’ del PP.
Pero
Sánchez es imprevisible y capaz de cualquier cosa. Aunque parece claro
que no será él quien explique la posición del partido ante la abstención
porque esa labor es del presidente de la gestora Javier Fernández y del
portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando,
el que fue estrecho colaborador de Sánchez y ahora trabaja para la
gestora. Desde luego el argumento de la abstención solo será uno: evitar
terceras elecciones por el bien de España y el interés del PSOE.
En cuanto a la fecha del congreso del Partido los defensores del ‘no’
al PP piden una cita inmediata, como podría ser febrero de 2017. Aunque
los que están en la llamada ‘operación Susana’ prefieren dejar el
congreso para final de año o incluso para 2018, en espera de que se
calmen las aguas revueltas si es que eso es posible aunque ahora no se
ve.
En todo caso no parece que la gestora quiera abrir ahora la cuestión
del congreso del partido en la inminente y decisiva reunión de este
domingo 23 aunque habrá quien lo pida y puede que incluso proponga un
pacto entre la fecha del congreso y la abstención. En 48 horas lo
sabremos todo cuando el domingo en la calle Ferraz de Madrid se levante
el telón.
(*) Periodista
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