Lo único que ha dicho Pedro Sánchez sobre su proyecto para sacar a
España de la crisis institucional, formar gobierno y evitar las terceras
elecciones es que en nuestro país solo puede haber un gobierno de la
derecha o de la izquierda. Y como él veta el gobierno de Mariano Rajoy y
no le ofrece ni siquiera la abstención del PSOE está claro que Sánchez
está pensando en gobernar en minoría con el apoyo de Podemos.
Pero eso Sánchez no quiere decirlo ante su propio partido ni ante los
españoles porque para dar ese paso necesita que previamente Rajoy se
estrelle en la investidura –como se estrelló él en la pasada
legislatura- y se quede a solas en el Congreso de los Diputados con 137
escaños, una vez que Rivera solo ofrece al PP la abstención.
Y es en ese caso en el que Sánchez saldrá a la escena política, dirá
que Rajoy no tiene a nadie que le apoye para gobernar y entonces el jefe
del PSOE propondrá al Rey que le de la oportunidad de la investidura
para conseguir en el Congreso los 156 escaños (19 mas que Rajoy) del
PSOE y Podemos, mientras los independentistas catalanes o le ayudan o se
abstienen ante el estupor de la vieja guardia y los barones del PSOE.
Es decir que para escenificar su plan de un gobierno de izquierdas
–con seis partidos, PSOE Podemos, IU, En Comu, Mareas y Compromís-
Sánchez necesita de la colaboración de Rajoy. Es decir que se inmole en
la investidura del Congreso para que él descubra sus cartas.
Pero mucho tememos que Sánchez no conoce a Rajoy quien ya le dijo una
vez que no al Rey, y que ha anunciado que lo volverá a hacer si no
tiene apoyos suficientes para la investidura. Además Rajoy ya ha hecho
ante toda España una propuesta a C’S y al PSOE con los programas y
medidas urgentes y presupuestarias y no tiene ninguna prisa, mientras
Sánchez no ha propuesto nada y no piensa hacerlo porque necesita del
concurso previo de Rajoy.
Para colmo el tiempo juega en contra de Sánchez porque en el seno del
PSOE los barones y ex ministros y ex dirigentes de este partido le han
dicho que lo importante es que España tenga un gobierno, y no que el PP
monte un teatrillo en el Congreso para ver si él, después del fracaso de
Rajoy, presenta alguna propuestas cosa que todavía no ha hecho desde
que el 26-J perdió las elecciones.
Lo malo de esta asombrosa comedia es que al fondo de todo ello está
España y que tiempo no solo corre en contra de Sánchez sino también de
todos los españoles.
Y si llegamos al mes de octubre –tras las elecciones vascas y
gallegas- sin investidura está claro que iremos de cabeza hacia unas
terceras elecciones en el mes de diciembre. Y en ese caso Sánchez no se
atreverá a presentar su plan de gobierno de izquierdas con Podemos
porque el PSOE, que ya está medio fracturado y bastante cansado de
Sánchez y de sus derrotas electorales, estallará. Y entonces aparecerá
Susana Díaz- que de momento está muy callada- y pedirá primarias y la
reunión urgente del Comité Federal.
Está claro que Sánchez necesita la ayuda de Rajoy para presentar su
plan, pero también está claro que no la tendrá. Y entonces, y con la
crisis institucional de España como decorado, paciencia y barajar.
(*) Periodista
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