Pedro Sánchez ha perdido dos elecciones generales consecutivas y
ahora acaba de perder la cabeza, como lo hemos visto en su alegato en el
Comité Federal del PSOE. Donde, convencido que su mejor defensa es un
ataque, se ha liado a palos con sus adversarios politicos, mientras
sobre su cabeza sobrevuela la ruptura del PSOE.
Así si Sánchez, tras el fracaso electoral del 20-D quiso presidir un
gobierno con C’S y Podemos con el solo discurso de ‘hay que echar a
Mariano Rajoy’, como si ello fuera un programa de gobierno ahora, para
justificar su segunda derrota y no dimitir como debiera, Sánchez se ha
liado a garrotazos con Pablo Iglesias y Julio Anguita a los que culpa de
su derrota en la investidura diciendo que el fracasado es Podemos
porque no logró el sorpasso, aunque mantuvo sus 71 escaños mientras el
PSOE perdió 5 y el PP mejoró en 14 escaños.
Y en estas estamos mientras el líder del PSOE anuncia un bloqueo de
las instituciones y pide unas terceras elecciones generales para seguir
al frente del PSOE evitando el congreso del partido. Y todo ello ante la
mirada asombrada de la mayoría de dirigentes socialistas que, por el
momento, no dicen nada mas aunque da la impresión que pronto dirán algo
o exigirán el congreso del partido para sustituir a Sánchez, por el
bien del PSOE y de España.
En España la calidad democrática brilla por su ausencia, empezando
por la presunta vida democrática de los partidos políticos que tanto en
el PSOE como en el PP no existe. Por ello el asumir responsabilidades
políticas por errores o fracasos electorales es algo que no existe como
ahora se aprecia en el PSOE de Pedro Sánchez (también ocurrió con el PP
de Rajoy en 2004 y 2008). Y ahora se ha puesto de moda la consulta a las
bases -como los asamblearios de la CUP- para eludir la responsabilidad
de los dirigentes y ocultar la gran consulta de los votantes en las
urnas.
Y si bien es cierto que Felipe González rompió con el marxismo al
inicio de la transición el leninismo sigue vigente en el PSOE como una
crónica enfermedad, imponiendo el partido, al que se identifica con el
líder,por encima de todos y todo y ahí incluido el interés general de
España como estamos viendo. El propio González, que ahora pide
negociaciones y pactos del PSOE con el PP, en otros momentos de crisis
socialista pedía unidad para tapar desafueros como los GAL, y aludía a
‘la piña’ o a ‘la militancia pura y dura’ para que ¡El Partido!, es
decir el líder, estuviera por encima de todo lo demás. Y de aquellos
polvos estos lodos del tal Pedro Sánchez.
El que con malos modales -es rehen de haber insultado a Rajoy- está
superando con facilidad en la politica nacional la que fue ‘insoportable
levedad’ de Zapatero creando en el interior del PSOE un clima
irrespirable. Así, tras perder dos elecciones generales ha llevado a
España a un bloqueo institucional porque, aunque derrotado, el PSOE
tiene la llave de la gobernabilidad. Sánchez no logró gobernar con la
izquierda de Podemos, ni ahora quiere permitir que gobierne el PP. Luego
lo que Sánchez desea son terceras elecciones que sería la única manera
para él de continuar unos meses más en la secretaría general del PSOE,
aplazando el congreso del partido del que no dijo ni una sola palabra en
el reciente Comité Federal.
Tampoco dijo nada de su segunda derrota en las elecciones generales
del 26-J, como si eso no tuviera ninguna importancia. Pero si habló de
los resultados de Podemos que calificó de ‘fracasos’ haciendo groseras
alusiones a Pablo Iglesias y Julio Anguita, para despues decir, mirando
al PP, que esta vez él ‘no consentirá’ que Rajoy no se presente a la
moción de investidura y que él mismo se lo va a exigir (sic).
¿Cómo y con qué derecho puede exigir el perdedor Sánchez nada a
Mariano Rajoy? Este jefe del PSOE a quien en su partido empiezan a mirar
con preocupación por su capacidad destructiva y sus pésimos modales,
sigue sin saber lo que pasa en España y a su alrededor. Y no sería de
extrañar que algunos de sus barones un dia de estos levanten la voz y le
pidan su dimisión por el bien del PSOE y de España.
Sánchez vive obsesionado por su venganza contra Rajoy e Iglesias a
los que culpa de no haber podido ser presidente de España sin ganar las
elecciones. Y afirma que pretende estar en la oposición sin decir la
verdad porque para estar en la oposición tiene que existir un gobierno, y
para que haya gobierno hace falta la abstención del PSOE que él mismo
ha prohibido a los suyos. Con el riesgo incluido de que algunos se
subleven y rompan ante toda España la unidad del PSOE, la famosa ‘piña’.
No en vano España (y también la UE) está en una encrucijada difícil y
no se pueden permitir mas meses sin gobierno y en la inestabilidad. Y
al PSOE le pasa algo parecido pero con el agravante que pronto van a
tener que optar porque o fulminan a Pedro Sánchez o el partido se
romperá (el PSC ya va por su cuenta) y electoralmente se hundirá. Es
decir o el PSOE fulmina a Sanchez o Sanchez sera quien rompa la piña del
PSOE.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario