España no es ajena a los graves acontecimientos de los últimos días
en nuestro entorno europeo y continental porque todos ellos tienen y van
a tener incidencia política, económica y social en nuestro país y ojalá
que, en lo que al terrorismo islámico reaparecido en Francia se
refiere, no suframos la menor incidencia.
Pero estos acontecimientos entre los que destacan el golpe de Estado
en Turquía y la posterior represión del presidente Erdogán, el ataque
terrorista de Niza y la salida del Reino Unido de la Unión Europea son
lo suficientemente importantes como para que en España, después de siete
meses de interinidad, tengamos un gobierno firme y estable que tome las
riendas del país y ponga fin a la crisis institucional española.
Las urnas hablaron el pasado 26-J y transmitieron un mensaje claro a
los primeros dirigentes de este país para que pactaran con urgencia un
nuevo gobierno en torno al PP y garantizarán un estable arranque de la
legislatura. Pero si bien es cierto que tanto el PP como C’S han tomado
iniciativas y dado tímidos pasos hacia delante, resulta alarmante que el
PSOE de manera irresponsable se haya instalado en el bloqueo lo que
lleva a unas terceras elecciones.
Y cuando hablamos del PSOE no solo hablamos de Pedro Sánchez que
desde que acabaron las elecciones se pasa los fines de semana en las
playas con el mayor de los desprecios a España.
Hablamos de su partido y de su Comité Federal que en vez de exigir a
Sánchez su dimisión tras sus reiterados fracasos electorales y errores
políticos (como su fallida investidura) le ha seguido el juego del ‘no
es no’ al PP. Tirando todos ellos -y la ‘patriota’ Susana Díaz ahí
incluida- por la ventana un tiempo precioso en la espera de nadie sabe
el qué salvo que estén pensando articular un gobierno con Podemos y los
partidos independentistas de Cataluña.
Está claro que Pedro Sánchez ha sido y es un desastre para el PSOE al
que en tan solo dos años de su liderazgo les hizo perder dos millones
de votos y 25 escaños del Congreso de los Diputados, sin olvidar sus dos
derrotas en los comicios generales y en los europeos, catalanes,
locales y autonómicos y las que les esperan en Galicia y País Vasco.
Sánchez ha fracasado en todo, ha hundido al PSOE y quiere bloquear la
situación política, económica e institucional de España una vez que
considera que mientras esté bloqueada la situación no habrá congreso del
Partido Socialista y él permanecerá al frente la secretaría general y
de la oposición. Pero si el PSOE se lo consiente con irresponsabilidad
compartida Mariano Rajoy -y Albert Rivera también- debería actuar con
firmeza y poner coto y límite a la estrategia del bloqueo socialista
denunciando esta situación de absoluta irresponsabilidad.
(*) Periodista
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