Cuarenta y ocho horas después del llamado “Debate Decisivo”, el
Debate a cuatro, que fue seguido por 9,2 millones de espectadores, y que
sirvió de bien poco para sacar al electorado de sus dudas, ha estallado
de lleno la polémica sobre la posición que tomará el PSOE a partir de
los resultados del próximo 26J, que dependerá si efectivamente los
socialistas quedan en tercer lugar, sobrepasados por Unidos Podemos.
Ante el hermetismo de Sánchez sobre con quiénes pactará (su estrategia
está basada en que no se producirá el sorpasso y que tendrá de nuevo,
oportunidad de formar gobierno) este miércoles ha estallado la polémica
cuando Jordi Sevilla, miembro del Comité negociador del candidato y
posible aspirante a la cartera de Economía, se ha pronunciado a favor de
que se deje gobernar al candidato que tenga mayor apoyo parlamentario,
insinuando la abstención del PSOE en caso de que sea el Partido Popular.
Eso como solución a la celebración de unas terceras elecciones,
posibilidad que no hay que descartar en absoluto. Por su parte Pedro
Sánchez en una entrevista radiofónica no ha descartado un pacto con
Unidos Podemos.
Lo que parece evidente es que, como escribía este cronista (ver republica.com “Un debate que no ha aclarado ni cambiado nada”),
cuarenta y ocho horas después de ese supuesto “Debate decisivo” no
parece que ese debate haya tenido efectos electorales decisivos en ese
treinta por ciento largo (cuarenta por ciento entre los jóvenes) de
supuestos indecisos (o de voto oculto) que calcula el CIS (Centro de
Investigaciones Sociológicas) en su último barómetro, el que anuncia el
sorpasso, en votos y escaños de Unidos Podemos sobre el PSOE. Un
pronóstico que se viene cumpliendo en sucesivas encuestas excepto en la
elaborada por la empresa Celeste-el para el diario.es que sitúa
a las dos formaciones políticas en práctico empate técnico en escaños
con ventaja del PSOE, aunque no en votos (24,9% Unidos Podemos, frente
al 22% del PSOE; y 80-84 diputados Podemos frente a la horquilla 83-86
del partido socialista).
Hoy toda la prensa internacional coincide en destacar que el debate
del lunes no aclaró nada, ni fue decisivo para los resultados del 26 de
Junio. Es más no sacaron al votante de las dudas sobre el futuro del
Gobierno español, con lo que no descartan que estemos de nuevo, a partir
de Junio en la mismos situación de bloqueo y de parálisis en la que
estamos desde el pasado mes de Diciembre aunque son muchos los medios,
como Le Monde que señala que la campaña se ha convertido en un
duelo entre Pablo Iglesias, y el nuevo partido emergente Unidos Podemos,
y el actual presidente en funciones Mariano Rajoy y su Partido Popular.
Es más, asegura que el líder de Podemos “espera gobernar después de las
legislativas del 26 de Junio”.
Entre los periódicos que especulan sobre la posibilidad de una tercera convocatoria está el alemán Frankfurter Allgemaine Zeitung que
insiste en que “la idea de que los candidatos puedan formar algún tipo
de coalición de gobierno es prácticamente irrealista. Si es cierto lo
que dicen las encuestas y un tercio del electorado continúa indeciso a
diez días de la votación, los cuatro candidatos no fueron de gran
ayuda. En este debate no hubo ganadores. Al final sólo quedó clara una
cosa e Iglesias lo expresó sin rodeos: la alternativa será “yo o
Rajoy”. Puede contar con que su alianza con los comunistas saldrá de las
elecciones como la segunda fuerza más votada. En ese caso, España
realmente se encontraría ante una decisión con consecuencias
potencialmente graves más allá del país: una alianza para consolidar lo
logrado tras ocho años de crisis económica o -si los socialistas se
prestan- un programa totalmente contrario de “frente popular”, según el
modelo griego.
Cree el periódico que por mucho que se muestre seguro de la victoria,
Iglesias aún está a años luz de convertirse en el próximo
Presidente del Gobierno. Incluso con ayuda de los socialistas
seguramente no bastará para una mayoría de Gobierno. “Iglesias
necesitará toda la habilidad negociadora del mundo para que el PSOE y
otros pequeños partidos se suban al tren. En las negociaciones de
coalición no habrá “líneas rojas”, prometió Iglesias el lunes. No es
su habitual forma de hablar. Le gusta plantear exigencias máximas.
Pero tiene un instinto incomparable a la hora de decir lo que la gente
quiere escuchar de él en campaña electoral.
Iglesias también ocupa la atención del diario alemán Die Welt del
que dice que “no solamente copia sin piedad a la cadena de muebles
sueca Ikea, sino que también ha robado algunas ideas a los socialistas.
Últimamente, Iglesias se vende como una versión mejorada de
socialdemócrata. “Ocuparemos este campo”, dijo hace poco; también Marx
y Engels fueron socialdemócratas. El PP tampoco sale ileso; Iglesias
se ha apropiado del término “patria”, ocupado por los conservadores.
“La patria eres tú”, reza una pancarta electoral que decora las calles
españolas. A los que antes eran los grandes partidos ya solo les queda
la esperanza de que en algún momento el péndulo oscile hacia el otro
lado. Pues el golpe de Ikea también conlleva riesgos. “Los suecos
representan precisamente aquello que rechaza Podemos: globalización,
economía y mercado y centros comerciales desalmados”, dice Jordi
Rodríguez, profesor de Comunicación Política en la Universidad de
Navarra. ¿Se darán cuenta los electores?”
Pero la pregunta clave acaba de hacerla Jordi Sevilla planteando la
posible abstención del PSOE ante el partido más votado, como puede ser
el PP, para evitar la convocatoria de unas terceras elecciones. Un
escenario que, tal como vimos en el debate, no hay que rechazar, ¿Salvar
al PP si no queda más remedio?
(*) Periodista
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