La cosa está muy malita. El lunes
teníamos noticia de un informe de los servicios de investigación de la
Guardia Civil (UCO) sobre la posible implicación del presidente de la
Comunidad en la trama Púnica, pero, como señalé en mi artículo de ayer,
desconocíamos «su contenido literal, los razonamientos y las pruebas».
Ya están aquí. Ayer pudimos leer las quinientas páginas „casi cien de
síntesis e interpretación, y el resto de apoyo documental„ que resumen
la investigación sobre la relación del entramado Púnica con Pedro
Antonio Sánchez y Pilar Barreiro, entonces consejero de Educación y
alcaldesa de Cartagena, respectivamente.
Vista la sinopsis del caso que
se nos trasladó el lunes y la precipitación inicial de los grupos
políticos de la oposición, tanto en la Región como en las cúpulas
nacionales para exigir responsabilidades políticas aquí y ahora, parecía
necesario solicitar una prórroga de diez minutos hasta conocer con
exactitud el contenido del informe. ¿Y? Al Gobierno regional le bastaron
ayer, contra el prolijo contenido de la investigación policial, dos
folios y medio de ´argumentario´ justificativo, con párrafos repetitivos
y enfáticos, para tratar de soslayar las apreciaciones contenidas en el
documento de la UCO.
El contexto, ayer, era infernal. De las
páginas del informe UCO se pueden usar, a discreción de intereses
contrapuestos, párrafos al gusto. Algunos aportes documentales,
especialmente las grabaciones telefónicas, parecen confirmar un
extraordinario interés por parte del estamento administrativo del
entorno de PAS para aceptar la oferta envenenada de los miembros de la
trama. Pero, por otra parte, llama la atención que durante un tramo
prolongado, un año más o menos, no se diera opción desde la Comunidad a
la puesta en marcha del formato que promovía el ´posicionamiento
reputacional´.
Pretextan desde el Gobierno que, en realidad, ´daban
largas´ a quienes les hacían la propuesta contractual, pero es cierto
que, como queda constatado, no era siempre Alejandro de Pedro quien
llamaba a la Administración, sino que también eran miembros del equipo
de PAS los que se ponían en contacto con el cerebro de la Púnica. Una
extraña manera de ´dar largas´.
Por otro lado, ese ´dar largas´
resultaría inocente en el caso de que no se hubiera detectado que la
proposición al entonces consejero de Educación era impropia. Se ´da
largas´ a quien propone un contrato que, de principio, no interesa, pero
se advierte como legítimo. Ahora bien, si la oferta es perversa desde
el principio, no tiene sentido marear la perdiz, pues debiera haber sido
rechazada desde el minuto uno. Y queda claro, por la casuística general
en torno a la Púnica que no hay algo relativo a las empresas de la
trama que no esté relacionado con el tráfico de influencias y la
ingeniería legal. No cabe sospechar que PAS o su equipo fueran incapaces
de deducir la truculencia. Pero lo cierto es que finalmente no se cerró
contrato alguno, aunque esto fuera a resultas de que la irrupción
policial desbaratara las operaciones que pudieran estar en marcha. Si
así fuera, no sería un gran consuelo.
Aceptemos que la mayor parte
del contenido documental del informe de la UCO corresponde a las
propias elucubraciones de los miembros de la trama, pero también hay
frases y actitudes de aceptación de miembros del staff político que
parecen desbordar la cortesía en la atención a unos ofertantes que se
mostraban pesadísimos en su insistencia. Hay maneras de quitarse en
enmedio a los pesados en medio segundo. Por ejemplo, respondiendo con un
rotundísimo ´no´ desde el principio.
En casos de este tipo prima el
componente estrictamente político. Ni siquiera cabe esperar a una
imputación judicial, pues los documentos de la investigación pueden
resultar expresivos sin necesidad de que necesariamente conduzcan al
político protagonista al banquillo. Pero por trazar una línea de
prudencia conviene entender que la investigación, que se aprecia
rigurosa y exhaustiva, podría generar prejuicios que precisarían ser
contrarrestados con argumentos de la parte investigada. Vamos a ver. Hoy
es un día clave en ese aspecto.
Debajo del humo que se detectaba
en la iniciales informaciones del pasado lunes había algunas brasas,
las que aparecen en el informe, ya disponible a mano, de la
investigación de la UCO. Y a la vista de que la Púnica ha sembrado
corrupción allí donde se ha desenvuelto no cabe creer que haya
localizaciones que constituyan una excepción. Es obvio, no obstante, que
en el departamento de Sánchez -Educación y Cultura cuando se dio esta
ronda- no hay vestigios de intervención. Este es el pilar argumental.
Veremos si suficiente.
http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2016/06/01/humo-brasas/741792.html
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