Oposición frontal del Partido Popular, y así lo ha dicho Xavier
García Albiol, a un Pacto Político con Cataluña para reconocer su
“singularidad”, como acaba de proponer el secretario general del PSOE
Pedro Sánchez; apoyo total por parte del PSC y de su máximo dirigente
Miguel Iceta; sorpresa de algunos barones del PSOE por una propuesta que
no estaba incluida en el programa electoral del partido y que no se
sabe si es pura verborrea o encierra más significado político del que
parece y, primer pronunciamiento público, reticente y desconfiado, de un
líder regional socialista,el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano
García Page, advirtiendo que ni Pedro Sánchez ni nadie del partido, se
puede saltar lo que se acordó en Granada hace tres años, cuando el
secretario general del partido era Pérez Rubalcaba.
“Singularidad, por supuesto, porque somos un país que tiene
singularidades en todos sus territorios”, ha dicho este martes
García-Page, aunque ha avisado que no defenderá esta postura “a costa de
privilegios” para Cataluña ni “contra la igualdad” del resto de
comunidades autonomas. “Para arreglar este problema, los que defienden
la realidad de España acuden a la razón y al principio de igualdad”,
mientras que quienes quieren separarse “lo hacen desde la
insolidaridad”.
Lo que ha propuesto Pedro Sánchez es un Pacto político con Cataluña,
si el PSOE llega a gobernar, para reconocer su “singularidad ” y mejorar
su autogobierno, respetando las implicaciones del principio de
igualdad, de todos los españoles vivan en donde vivan, algo que está de
acuerdo, según insisten en Ferraz, con lo que decidieron los 17 barones
territoriales en la declaración de Granada de 2013. La futura reforma de
la Constitución, según la propuesta de Sánchez debe “clarificar” el
reparto de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas . El
matiz está cuando se habla de “trato diferenciado”.
Para Cataluña, según lo adelantado el lunes, deberían blindarse todas
las competencias que tengan que ver con la educación, la lengua y la
cultura catalana, que deberían ser, además, competencias exclusivas de
Cataluña. Son todas estas matizaciones del documento, que no han sido
discutidas en profundidad en los correspondientes órganos de dirección
del PSOE, las que pueden salir a relucir con polémicas, en los próximos
días, en plena precampaña electoral, mientras sigue la ofensiva
mediática del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de su
ministro de Asuntos Exteriores (así se presenta en Europa ) Raul Romeva,
con la presión y el continuo chantaje de sus aliados de Gobierno, la
CUP, Candidaturas de Unidad Popular, dispuestos a romper al actual
Gobierno oponiéndose a los Presupuestos o utilizando cualquier tema,
para provocar cualquier crisis.
¿Aceptaría una mayor autonomía el actual Presidente de la Generalitat
como parece ofrecer el líder socialista Pedro Sánchez? La respuesta la
ha dado Puigdemont a la cadena de televisión norteamericana CNBC: “La
mayor autonomía que estamos dispuestos a aceptar es el derecho a
decidir. Ese sería el mayor acto de autonomía. Y lo que la gente de
Cataluña decidiera. Si el Estado español quiere que los catalanes sean
consultados también acerca de una propuesta de más autonomía, junto a
una propuesta de independencia, nos parece bien. Pero queremos poder
elegir entre las dos opciones. Y si el pueblo catalán elige más
autonomía, por supuesto que lo respetaremos. Pero esa propuesta tendría
que estar encima de la mesa, y de momento no existe. Y dudo mucho que
vaya a existir en algún momento. Por el momento el Presidente de la
Generalitat confiesa que no tiene previsto una declaración unilateral de
independencia. “Este no es nuestro plan. Nuestro plan es lo que el
gobierno escocés tuvo con Reino Unido. Es un acuerdo para realizar una
consulta sobre la independencia de Cataluña”.
Complementan esa posición las declaraciones de quién se presenta y lo
destaca, como ministro de Asuntos exteriores de Cataluña Raúl Romeva,
al periódico francés La Tribune al que recuerda que el mandato
de la Generalitat tiene un plazo voluntario de dieciocho meses. En julio
2017 votaremos de nuevo. ¿Sobre qué́? “Lo que nos gustaría y lo que
buscamos es un escenario “a la escocesa”: de acuerdo con el Estado
español, la organización de un referéndum sobre la independencia en el
que cada uno se comprometería a respetar el resultado. Es nuestro
objetivo. Es el escenario deseado por el 87% de los catalanes y ahora,
según los sondeos, por un porcentaje creciente de españoles, en torno al
42%. En julio 2017, si se sigue negando la dimensión démocrática,
social y popular de la petición de referéndum, se votará de cualquier
forma. Daremos siempre la palabra a las personas”.
(*) Periodista
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